El día que un fanático salvó al Club León

20 Aug, 2021
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Club León

El Club León representa mucho más que solo un equipo de futbol. Se trata de historia, pasión, entrega e identidad. Es el orgullo de nuestra ciudad, el símbolo de nuestro pueblo, y el punto de encuentro para miles de fanáticos unidos en una hermandad auténtica y solidaria.

Es por eso que hoy, en el marco de sus 77 años de historia, decidimos recordar una historia que no gira en torno a partidos o jugadores, sino que es protagonizada por un aficionado que pudo salvar al equipo en un momento de necesidad.

Se trata de Luis Macías Mata, mejor conocido como el 'Pibe', y que es popular entre la afición esmeralda por los ensordecedores gritos con los que apoya a sus verdes, siempre desde el mismo asiento detrás de la banca visitante del Nou Camp.

“Yo soy el jugador número 12, empiezo a picar a los entrenadores y a los jugadores y sí da resultado, porque se enojan”, explica en entrevista exclusiva para Fieramanía.

El 'Pibe' es un leonés de cepa, nacido en la calle Herreros del Barrio del Coecillo hace 66 años, y desde que comenzó a respirar, ya llenó sus pulmones con los colores verde y blanco que caracterizan a esta ciudad. 

“Desde niño ahí estábamos. De niño íbamos de vez en cuando al estadio, que nos llevaba mi papá, y ya más grande había que estudiar y trabajar, entonces nada más escuchábamos los partidos en la radio. Pero cuando León baja a la segunda división en 1987, me nació más la pasión, y desde entonces asisto a cada partido que hay”, explica.

Al contrario de los aficionados comunes que se enamoran de su club celebrando campeonatos y victorias, el 'Pibe' se enamoró en las bajas, cuando los verdes cayeron por primera vez al abismo, y cuando ocurrió lo imposible: hasta su afición los abandonó.

“León tuvo dos años muy difíciles antes del descenso, desde entonces los presidentes del club ya le batallaban mucho para las contrataciones, porque incluso hasta nosotros como aficionados abandonamos al equipo, empezó a escasear la gente en el estadio, estaba como presidente Federico Madrigal, que le pasó el equipo al notario Rolando Vargas, y él ya no pudo y nos fuimos a segunda, y ya en segunda lo agarró el profesor Miguel Ángel Vielma, pero me acuerdo que el equipo no tenía ni para las tortas, había mucha escasez, y a lo mucho había unos cuarenta aficionados en el estadio viendo los partidos de segunda división, el estadio estaba vacío, como quien dice, y yo echaba mis porras solas y solo aplaudía, ahí nacieron mis porras”.

Luego de dos temporadas en segunda en las que no se había conseguido el ascenso, el León atravesaba horas críticas. Varias veces los jugadores se pusieron en huelga por falta de pagos, y al carecer de casa club y de apoyos de parte del equipo, varios tuvieron que vivir en el estadio, debajo de las gradas, entre “un basural y ratas”, como platicaría después el 'Tena' Murguía, y como también lo recuerda el 'Pibe'.

“Le decían 'La Baticueva', los solteros vivían ahí y los casados debían las rentas. Con el paso de las jornadas y cuando empezaron a ganar, pues iba más gente al estadio, y los que no jugaban se subían a las gradas a botear para ayudarse. Pero yo creo que los muchachos se unieron por eso, se motivaron. Fue un ascenso sacrificado y bonito para el equipo”.

Tras la llegada de Víctor Manuel Vucetich a mitad de la temporada 1989-90, la situación, por lo menos en el aspecto deportivo, comenzó a mejorar. Tantas adversidades hicieron que el grupo se uniera en una familia, y Vucetich supo liderarlos hasta la liguilla. León no era candidato para ascender, de hecho calificó hasta la última jornada, y el destino todavía les tenía guardado un reto extracancha que hubiera terminado mal de no haber sido por el 'Pibe'.

“Esa vez yo me les pegué a Tepic, íbamos en un autobús con la porra, y ahí me acuerdo que se empató a unos, íbamos ganando uno a cero, pero nos empataron. Esa vez nos pitó Bonifacio Núñez, y siempre sentí que Bonifacio nos daba la puñalada, y yo le gritaba y él me escuchaba...”.

Después del partido, el 'Pibe' se quedó afuera del estadio para esperar a sus ídolos y partir de regreso a León, pero una demora empezó a preocuparlo.

“Yo veía que el camión no se movía. Yo todavía platiqué con el 'Venadito' Bravo, en paz descanse, con Bonifacio Núñez y hasta con Diego Malta, que era el técnico de Tepic, pero el camión no se movía. Entonces en eso se bajó Lupillo Díaz, que era el auxiliar del 'Vuce', y me dijo: 'Fíjese Pibe que tenemos un problema'. Ahí cerca del estadio está el hotel Corita, y ahí se hospedaba el equipo. 'Pero no nos podemos mover, porque ese hotel está ahorita administrado por la PGR, y no ha llegado el dinero ni para la cuenta del hotel ni para la comida”, me dijo. Yo le dije: 'Pues yo traigo en efectivo y traigo mi tarjeta de crédito, y si yo puedo ayudar, pues vamos'. Y ya fuimos a preguntar, y sí la hice, no recuerdo la cantidad exacta, pero sí se alcanzó a cubrir, y ya se liquidó y se pudieron regresar a León”.

Por extravagante que pueda parecer este episodio, es una realidad, como lo confirmó después el 'Tena' Murguía, quien recordó que de no haber sido por el 'Pibe', no hubieran podido salir de Nayarit.

“Nos tocó ir a Tepic y la pasamos muy duro, porque en Tepic empatamos, pero después del partido ya no nos dejaban venir porque no se había pagado el hotel, entonces no podíamos salir de ahí hasta que no pagaran. Todos conocen al 'Pibe', que todavía está ahí echando porras, un aficionado desde siempre que nos acompañaba e iba en su coche a todos lados. Él estaba en Tepic, y él metió su tarjeta para que nos dejaran salir, y así pudimos salir del hotel y regresar”, confirma el 'Tena', actual director técnico del León sub-16.

Gracias a la ayuda del 'Pibe', el equipo pudo regresar a León y seguir compitiendo en la liguilla, y tras golear a la Universidad Autónoma de Querétaro en su casa, terminaron por acceder a la final de ascenso frente al Inter de Tijuana, que había sido el superlíder general de la temporada regular y que era el gran favorito a ascender.

En la ida en León, en un Nou Camp ahora sí repleto, los verdes arrasaron a Tijuana por 3 – 0 con doblete de Martín Peña y un tanto de Carlos Turrubiates, y contra todo pronóstico, cerraron el ascenso con un empate a unos en Tijuana con gol de Juan 'Poncharelo' Andrade, lo que detonó la invasión a la cancha de los alebrestados aficionados fronterizos, mientras que los seguidores leoneses montaron una gran celebración junto a los hinchas verdiblancos que habían bajado desde California.

“En Tijuana hubo mucha afición que acompañaron de aquí de León y también los que bajaron de Los Ángeles, se jugó en un campo de béisbol, se ganó el ascenso y se hizo el festejo con los que fuimos allá. Había mucha gente de León, de Los Ángeles. Allá pensaban que Tijuana iba a subir,y abrieron las puertas del estadio y se dejaron ir, se metieron a la cancha enojados porque habían perdido el ascenso, pero estuvo bonito”.

Hoy, el 'Pibe' es reconocido como uno de los mejores representantes de lo que es la afición leonesa. Todo el que se haya sentado en Zona A ha atestiguado las porras que realiza en cada partido con su estruendosa voz, con las que enciende el ánimo de los esmeraldas y el rencor de los contrarios. Hoy todavía recuerda esa ocasión cuando rescató al Club León, pero aclara que no se trata de vanidad, y que él actuó solo por amor al equipo.

“Esa anécdota la cuentan los jugadores, yo no la he contado. Yo no lo hice por fantoche, sino como una necesidad que se pudo hacer esa vez para ayudar al equipo”.

Con 66 años cumplidos, el 'Pibe' sigue atendiendo en su restaurante de carnes argentinas en la carretera León-San Francisco, y sigue acompañando semana a semana al club de su vida con una puntualidad religiosa.

“Tengo 66 años, y desde los 28 ya no falto al estadio, son 38 años acompañando al León en el mismo lugar, atrás de la banca visitante. Tengo mi lugar en la Fila 8 con el número 8, por Martín Peña, que es mi ídolo”, admite.

En León, cuando se dice que la afición es lo más importante, no se trata solo de un cliché, sino de una verdad, porque cuando más se le ha necesitado, siempre ha habido por lo menos un aficionado dispuesto a darlo todo por su club. Y ese es el legado más importante del Club León en sus 77 años de historia.

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