Una foto histórica: La gloria de los capitanes

Como no podía ser de otra manera, este lunes León amaneció con una foto emblemática adornando la portada de sus diarios.

En la imagen, que quedará enmarcada para la posteridad, aparecen los dos capitanes del equipo, Luis Montes e Ignacio González, hombro a hombro, y levantando el trofeo que acredita al Club León como el mejor equipo de todo México.

Se trata del epílogo perfecto para el dúo más importante de la historia reciente del equipo esmeralda; uno que significa tres de los ocho títulos de la historia del equipo verdiblanco, pero más que nada, un dúo que sabe perfectamente lo que representa el Club León.

Ambos vivieron las penurias de la Liga de Ascenso y sacaron al equipo de aquella división indecente para su estirpe. Ambos adoptaron la filosofía ultraofensiva de Gustavo Matosas y la llevaron hasta su máxima expresión. Ambos son bicampeones, leyendas vivientes de la cultura esmeralda, y ambos se han erigido como símbolos de esta pasión.

Y a lo largo de su historia de una década junto al equipo esmeralda, también han aprendido la presión de las derrotas y el sofoco de una hinchada enfurecida.

“Estuviste diez años en el ascenso”, llegó a reclamar Luis Montes ante un grupo de arenga. “Ellos (los aficionados) deberían estar comprometidos con nosotros”, afirmó también Nacho González, frustrado por los abucheos que se llegaron a escuchar alguna vez en el Nou Camp.

Pero son precisamente esos malos momentos de frustración y rabia los que forjaron su carácter y los convirtieron en referentes. Nadie como ellos conoce a los fanáticos verdiblancos en sus mejores y peores facetas. Han recibido tanto sus críticas como sus elogios, y eso es lo que les da su autoridad.

Porque tampoco olvidan que cuando se rompieron la pierna o las rodillas, los fanáticos estuvieron ahí. Tampoco olvidan que el estadio completo coreó sus nombres y exigió tener a sus ídolos en la cancha. Tampoco olvidan los goles gritados con el alma, los aplausos ensordecedores y los puños levantados al aire.

Han entregado todo, y la nación esmeralda les ha correspondido con su reconocimiento y orgullo.

Es por eso que la imagen de Nacho González y Luis Montes levantando la copa al cielo del Nou Camp es tan significativa. Ellos entienden al aficionado leonés, sus pasiones y sus sufrimientos. Han caminado juntos por una década de emociones y sobresaltos. Ellos lo han vivido todo, y lo han superado todo para terminar su historia con este trofeo inmaculado.

Porque este es un punto y aparte. Nacho ya ha decidido que es momento de decir adiós, y aunque Luis Montes se queda como capitán y referente, su despedida es también inevitable.

Pero no pensemos en eso hoy. Mejor concentrémonos en la foto de los diarios del lunes, en la sonrisa de los líderes mirando al pasado sin remordimientos, en la copa que sostienen sobre sus cabezas y que representa la culminación de un viaje maravilloso.

Hoy festejemos que nuestros capitanes nos devolvieron la ilusión.