Tita y el amor por los colores del Club León

Quizás la característica principal del futbol moderno sea lo más grotesco del juego: el dinero. Con suficiente dinero, puedes hacer que equipos tradicionalmente medianos, como el Manchester City o el PSG, se conviertan en gigantes mundiales, y a pesar del amor y el arraigo por un equipo, con suficiente dinero puedes sacar también a cualquier futbolista y llevarlo a meter goles para tu club en Arabia Saudita o la MLS.
Pero antes no era así, o lo era menos. Antes había más ejemplos de fidelidad y amor por los colores, en los que el dinero quedaba de lado, y lo importante era representar a una ciudad, a un escudo y a una afición con la que te sentías identificado.
En León supimos esto cuando se fichó a un futbolista brasileño de 32 años, prácticamente desconocido en México, pero que llegaría para hacer historia: Milton Queiroz da Paixao, mejor conocido como 'Tita'.
Aquel hombre se convertiría en uno de los mayores ídolos de la historia esmeralda, y encontraría un nuevo hogar en Guanajuato, rodeado de una afición entregada que lo reconoció siempre como su gran figura.
En entrevista para En Línea con La Fiera, el propio Tita fue el encargado de recordar su paso por el León y el quinto campeonato que dejó para la institución en 1992, luego de 36 años de sequía, y ahí confirmó no solo su cariño por el equipo y su gente, sino que reafirmó la necesidad de ganar títulos para dejar un legado para la institución.
“Tú tienes que tener el campeonato para registrar en el equipo tu nombre. Eso se logra con títulos, con campeonatos. A veces puedes ser un excelente goleador pero no ganas nada con el equipo. ¿Cuántos jugadores pasaron por el León que no tuvieron la fortuna de ganar un campeonato? Porque es cuando marcas la historia, cuando ganas un campeonato, ahí sí te registras en el alma y en el corazón de la afición, y pintas con sangre tu nombre en la historia”, afirmó.
Sin embargo, también reconoce entre lágrimas que el más grande legado que un futbolista puede regalarle a su afición, son los recuerdos.
“Los papás y los abuelos siguen contando la historia. Yo cuando voy a León veo chavos de diez, doce, ocho años que me conocen por el papá y por los abuelos que cuentan la historia: '¿Ven a ese señor de ahí? Tiraba los tiros libres de lejos, de cerca, con chanfle, por encima de la barrera, metía muchos goles, la gente gritaba su nombre en el estadio y lo animaba a meter goles'. La gente sigue contando la historia, no importa que ya pasaron 30 años, pero los papás y los abuelos siguen contando la historia”, asegura entre sollozos.
Sin embargo, además de esa historia de goles, títulos y alegrías, Tita también recordó el final de su paso por el equipo esmeralda tras una temporada en la que afirma que jugó gratis con tal de tener una digna despedida en el estadio Nou Camp, misma que el entonces presidente esmeralda, Valente Aguirre, le negó.
Esto lo recuerda al ser cuestionado sobre el regreso de Boselli y su enfrentamiento con la actual directiva de Grupo Pachuca.
“Yo cuando estaba por cerrar mi carrera, yo tuve un problema con Valente Aguirre, un problema completamente diferente del que tuvo Boselli con Chucho (Martínez), el mío con Valente Aguirre fue mucho más fuerte”.
Tita recuerda que su última temporada con León, la 1995-96, que sería su mejor campaña con el cuadro verdiblanco, la jugó sin cobrar debido a un acuerdo al que llegó con Valente Aguirre, acuerdo que finalmente no se respetó.

Foto cortesía Panda Padilla
“Yo quería regresar a León, yo quería cerrar mi carrera futbolística con la playera verde, y yo sacrifiqué muchas cosas, yo le dije a Valente: 'Juego gratis por un partido de despedida'. Y jugué mi mejor temporada en el equipo la temporada 95-96; metí 23 goles en el torneo, fui el segundo goleador del torneo, y jugué gratis esa temporada, jugué gratis para jugar un partido de despedida en el Nou Camp, y ese señor (Valente Aguirre), no me lo dio”.
Esta amarga despedida del equipo de sus amores, le hace empatizar con el caso actual de Mauro Boselli, que se fue enemistado con la directiva y con el presidente esmeralda, Jesús Martínez Murguía, a finales del 2018, pero cuyo regreso es exigido por la afición de la Fiera luego de haber terminado el semestre como goleador de la primera división argentina a sus 37 años.
“Entonces yo me pongo mucho en el lugar de Boselli. Boselli ya ganó mucho dinero, entonces se puede poner de acuerdo con Chucho y viene a cerrar su carrera con la playera de León, mete ahí diez goles y se hace el más grande goleador de la historia del Club León. Yo me puse en el lugar de Boselli, por eso publiqué en mis redes sociales que el Club León debería contratar a Mauro, para que él pueda cerrar su excelente carrera con la playera del Club León”, concluye Tita.
Así, entre fichajes millonarios y contratos exorbitantes, no nos queda más que apelar al pasado a historias como la de Tita para recordar que el futbol es mucho más que dinero y salarios y contratos, y que a veces es necesario apelar al amor incondicional y a la pasión para forjar leyendas...