Tenemos que hablar de los cierres de partido

19 Aug, 2019
El Informador

Esté sábado, el Club León derrotó a las Chivas en el Nou Camp con marcador de 4 – 3, lo que permite a su hinchada festejar tranquila el 75 aniversario de la fundación del equipo y celebrar por todo lo alto a sus verdes.

Sin embargo, además de la algarabía y el optimismo que deja la victoria, también hubo un atisbo de duda, pues en los últimos minutos fueron errores esmeraldas los que propiciaron el gol con el que el Guadalajara se acercó en el marcador, y si no hubiera sido por su mala puntería, las Chivas podrían haber rescatado un empate en el tiempo de compensación.

Por si fuera poco, esta situación no fue exclusiva del juego frente al Guadalajara, sino que también sucedió el partido anterior frente a Monterrey, que le sacó el partido a la Fiera en los últimos instantes del encuentro.

Entonces, ¿deberíamos preocuparnos por la incapacidad del Club León para cerrar partidos? ¿En verdad es tan crítico el bajón del equipo en los minutos finales de los juegos? ¿Quién es el responsable de que se dé esta situación, el cuerpo técnico o los jugadores?

Para responder estas preguntas contactamos a Beto Cruz, analista experto en cuestiones tácticas, quien nos deja claro que el cierre de los partidos sí es un tema que debe atender Ignacio Ambriz.

“¿Preocupación? Pues sí, pero no en el sentido de estar agobiado porque no tenga solución, sino que debe ser algo a lo que le deben dedicar muchas horas de trabajo, primero teórico y de análisis y después en lo práctico en los entrenamientos”.

Para Beto Cruz, las causas del bajón de rendimiento en los minutos finales no se le pueden achacar exclusivamente ni al técnico ni a los jugadores, y más bien propone tres puntos principales a mejorar.

“El primero es el balón parado, que le costó mucho trabajo con Monterrey defenderlo, le costó dos goles ahí, porque se sufre entre el sistema defensivo y la desconcentración y descoordinación. Hay uno de Funes Mori que remata solo a segundo palo, pero antes de que se dé el primer cabezazo dentro del área ya se había perdido la marca. Después, el segundo gol de Rayados está mal defendido porque le permiten a César Montes ganar el frente del remate, pero también León no cuenta con el número suficiente de jugadores de características de juego aéreo para contrarrestar eso.  En ese aspecto del balón parado, cuando no tienes los jugadores que te den por sí solos una buena defensa aérea, pues tienes que trabajar mucho tácticamente y en la colocación”.

En el segundo punto ya se habla de un elemento en particular y su influencia en los goles en contra y las acciones de peligro que atormentan a la Fiera en los últimos minutos de cada encuentro.

“El segundo punto es Ramiro González. Ramiro para salir al corte a interrumpir una jugada rival, ya sea a diez metros de su área o a cincuenta metros, es un gran jugador y le va a servir mucho a Ambriz, roba muy bien, pero guardar la concentración o defender dentro del área le está costando mucho trabajo: primero el penal que le hace a Pulido; segundo, se desconcentra en el pase a Funes Mori con el que gana Monterrey; tercero, se queda muy lejos de Alexis Vega y cuando la pelota va hacia él se queda plantado en el campo. Entonces hay un nombre muy específico que es Ramiro González, que le están costando los cierres de partidos”.

Y el tercer aspecto se refiere a una cuestión más táctica como la protección del área y el sistema defensivo del equipo.

“Y por último, el tema de la frontal del área. Con Rayados el último gol, y con Chivas el gol de Alan Pulido, es porque al León le está costando que los jugadores rivales encuentren cierta libertad y la pelota de cara al gol cuando están cerca del área que tienen que guardar”.

Por otra parte, un sector de la prensa y la afición señaló que en la parte final del encuentro frente a Chivas, los verdes cayeron en la soberbia, dominaron el balón y se pusieron a “cascarear” con su rival en lugar de buscar el quinto gol,  una versión que es desmentida por Beto Cruz.

“Lo que León intentó en los últimos minutos no fue una sobradez, sino que se vio incapacitado para asumir riesgos, ya sea intentando marcar un gol o defender muy cerca de su portería, por eso intentaron una cosa que es la posesión defensiva, que es tener el balón y dejar que el tiempo transcurra circulándolo. ¿Quién sabe? A lo mejor se abre un espacio y por ahí lanzas un latigazo, pero esa es una manera de defender, tienes la pelota y la circulas y la circulas y la circulas, y aunque tú tienes el balón, es un ejercicio defensivo, entonces no lo vi como sobradez, sino como una táctica de Ambriz”.

De cualquier modo, la estrategia no funcionó, y un error en la salida esmeralda le regaló a Chivas el tercer gol y los revivió en la recta final del encuentro. Detalles como ese no se vieron en el torneo pasado, por lo que ahora resultan mucho más evidentes para la hinchada esmeralda.

“El torneo pasado Ramiro estaba en un nivel muy alto, el balón parado también se estaba defendiendo bien, y sobre todo el León mordía muy arriba y no se veía tanto en situación de defenderse cerca de su área. Ahí también Ambriz deberá definir si el León es un equipo de defender arriba y jugársela a los contragolpes, lo que le costó amarillas pero sería una situación más o menos controlada, o si defiende cerca de su área, lo que hasta el momento le está costando en el cierre de los partidos”.

Así que, de cara al partido frente a Querétaro y el resto de la temporada, Ignacio Ambriz y su plantel deberán trabajar en los cierres de partido y en las cuestiones tácticas de su defensa para asegurar todos los puntos posibles y, eventualmente, regresar a la final por el título.

“Hay que trabajar, específicamente con Ramiro González, hay que ver que ya no se desconcentre, que esté enfocado los noventa minutos, hay que hacer trabajo táctico y sobre todo mucho trabajo a balón parado para saber defender esas situaciones. ¿Y de Ambriz? Definir a su equipo como va a defender, a que altura, como, además de resolver los problemas que tiene dentro de su área, porque ese partido con Monterrey el León se vio ya defendiendo cerca de su área pero con las líneas muy separadas, con ningún jugador metiéndose entre los centrales... Trabajo, el trabajo es la respuesta”.

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