Sonríe, que apenas viene lo mejor

Sonríe. Levanta la frente. Limpia esas lágrimas y mira hacia adelante con orgullo. Disfruta de la derrota, saborea este dolor. No debemos olvidarlo para lo que viene.
Sonríe. Esto apenas comienza. Este es el inicio de una época dorada. Llevamos tres finales en los últimos tres años, tres finales en los últimos seis torneos. Llevamos cinco clasificaciones consecutivas a la liguilla, y cuatro a la Concachampions. Somos el segundo puesto de la porcentual. Somos potencia.
Sonríe. Acabamos de sembrar con La Esmeralda la semilla de los frutos que recogeremos en los próximos años. Nuestra cantera, orgullosa y altiva, dominará el futbol mexicano antes de que nos demos cuenta. Nuestra gente, nuestros niños, nos llevarán a la gloria. Este es solo el principio de un equipo de época.
Sonríe. Tenemos uno de los mejores planteles de México. Tenemos en nuestro capitán al mejor mediocampista de todo México, y que les quede claro, no hay nada que reprocharle a Luis Arturo Montes Jiménez, así con todas sus letras. Tenemos al mejor portero del mundo en Rodolfo Cota, y aunque suene a locura, todos los verdes sabemos que es verdad. Tenemos a Ángel Mena, una bestia imparable que demostró en esta liguilla que le hierve la sangre cuando se viste la casaca esmeralda. Tenemos a Tesillo, a Osvaldo, a Iván, a Colombatto, a Dávila, a Meneses, al 'Avión', todos material de selección. Tenemos un grupo de futbolistas bravo y salvaje, indomable, y no tenemos la más mínima duda de que ellos nos llevarán al título.
Sonríe. Mírate en el espejo y besa el escudo en tu pecho. Demostramos que en nuestra casa somos invencibles, que alentamos como nadie, que nuestra voz al unísono es capaz de someter rivales y ganar partidos. Demostramos que seguimos siendo la mejor afición.
Sonríe. Somos históricos. Somos el orgullo del Bajío. Tenemos una ideología, una identidad ganadora que respetamos en cada partido, en cada disparo, en cada paso que damos en la cancha y en cada salto que hacemos en la grada. Somos la esperanza del futbol.
Sonríe. Porque este es apenas el comienzo. Una derrota no nos define, nos definen las victorias. Está en nuestra sangre, en nuestro ADN. Sonríe, levanta la frente, limpia esas lágrimas y ve con optimismo hacia el futuro.
Sonríe. Porque pase lo que pase y suceda lo que suceda, la nueve ya viene en camino.