¿Somos tóxicos o estamos traumados?

Tras el partido, y además del dolor de la derrota y de saber que se había equivocado en la jugada del penal, Rodolfo Cota se tuvo que enfrentar al señalamiento despiadado de la afición esmeralda.
En redes sociales, los fanáticos no dudaron en reprocharle su error al guardameta verdiblanco, y los más atrevidos llegaron a acusarlo de haberse dejado anotar el penal.
Ahora, de cara a la vuelta que se jugará mañana en el Nou Camp, Cota debe sobreponerse a las críticas y asegurar la clasificación, aunque los expertos señalan como insólito que se cuestione la integridad de un deportista de alto rendimiento que nunca antes en su carrera había sufrido acusaciones similares.
“Es increíble que un portero profesional tenga que demostrar que es inocente cuando no se le ha comprobado que sea culpable”, dice Adrián Castrejón, periodista deportivo local de El Poder del Fútbol, y quien cuestiona la reacción de la afición leonesa.
Y en el mismo sentido está Gerardo Lugo, columnista del periódico AM, y quien señala que ni siquiera sabemos cómo le afectará al Club León el error de Cota.
“Son jugadas que se quedan ahí, y esta jugada ni siquiera sabemos si va a afectar o no en la eliminatoria; capaz que León sale y gana de manera contundente ante Chivas y la jugada quedará en mera anécdota”.
Ambos coinciden en que los señalamientos a Cota no tienen fundamento, y que se trata de una paranoia alimentada por la frustración del aficionado verdiblanco.
“Es paranoia, yo creo que Rodolfo Cota es un buen portero y lo ha demostrado en el equipo León y en todos los equipos donde ha estado, es un profesional. Fue una jugada muy imprudente de su parte, perdió la concentración, y si bien es un error que tiene a Chivas vivo, pues también en el mismo partido tuvo una buena atajada. Yo creo que esta paranoia sí da para muchas especulaciones, y los que creen que haya una conspiración o un complot, pues que lo muestren”, apunta Gerardo Lugo.
Entonces la responsabilidad de la polémica cae en el sector más incendiario y acusador de la afición, que históricamente ha buscado villanos que hayan comprometido sus intereses para perjudicar al club, como les ocurrió en el pasado más reciente a jugadores como Walter González, Luis Alberto 'Chuleta' Orozco, Cirilo Saucedo o Ángel David Comizzo.
“Y podemos irnos más atrás”, añade Gerardo Lugo, “cuando León pierde la final contra Cruz Azul en los setentas, y a la temporada siguiente Luis Estrada se va a la Máquina, y que también se habló de que ya estaba arreglado, o los traspasos a la UDG, que nos cambiaron por dinero, decía la gente, al 'Cuírio' Santoyo que lo acusaban por su autogol en la final contra Toluca, igual que a Jorge Davino en la misma final contra Cruz Azul, entonces son situaciones que cuando te apasionas por un equipo como lo es el León, y nosotros que somos aquí muy apasionados, pues hay gente que piensa de todo. Esas situaciones, mientras no se comprueben, no dejan de ser leyendas urbanas, aunque también le ponen sal y pimienta a esto”.
Lugo argumenta que la afición esmeralda es entregada y apasionada, tanto para bien como para mal, y que el plantel, tanto jugadores como técnicos y directivos, deben entender que junto al apoyo incondicional, también están las críticas y señalamientos más crueles.
“Una vez, platicando con Carlos Reinoso cuando dirigía al León, él me decía que la afición del León a veces es muy cruel con el mismo equipo, porque cuando en el estadio el equipo jugaba mal, la afición empezaba a aplaudir con un aplauso que no era de ovación, sino de ironía, y que hacía que se sintiera presión en el equipo. Incluso Javier Torrente se quejó también de la afición. Yo creo que este equipo ha sabido convivir con una afición exigente, que es orgullosa en el hecho de no querer nunca perder, y creo que eso es algo positivo, que la afición conozca y exija a su equipo, y que también el equipo responda a esa exigencia”.
Otro que vivió de primera mano esa presión fue Comizzo, que también le confesó a Lugo el entorno hostil que puede llegar a provocar el aficionado esmeralda.
“Una vez, platicando con Comizzo, y eso que fue antes de la jugada de la final, él ya decía que la afición de aquí era como la de Argentina, que era una afición que durante el partido te apoyaba y estaba contigo, pero que terminando el partido, pues te dejaban caer la mano si habías jugado mal, y eso, ellos como jugadores lo entendían y lo comprendían y sabían convivir con esa exigencia”.
Por su parte, el periodista de Multimedios y CanchaPolítica, Paco Vela, coincide en que los señalamientos son infundados, pero exime a la afición de cualquier culpa, pues más que una reacción intempestiva, se trata de fantasmas que los leoneses cargan de experiencias amargas de muchos años atrás.
“Hay un estigma en esta plaza, con dos situaciones similares con dos arqueros anteriores (Cirilo Saucedo y David Comizzo). Cota carga con ese estigma, con el estigma de la plaza, el colectivo asocia ese error con situaciones que se dieron en el pasado que privaron al León de un título y el ascenso, por eso es que carga con esto, pero Cota tiene una oportunidad que los otros no tuvieron, la oportunidad de reivindicar su error”, explica.
Vela argumenta que el seguidor esmeralda no puede separar la situación actual de los antecedentes que marcaron su fanatismo.
“Como afición hay una memoria colectiva, y lo que hizo esta situación con Cota fue apretar en la herida, en una llaga histórica que está ahí y que duele mucho. Entonces más que una equivocación de los aficionados, es una reacción al dolor, porque al León le duele ese recuerdo y por eso lo asocia de inmediato. La afición no quiere sorpresas y no quiere nada que huela a eso”.
Ahora, todos coinciden en que Cota debe ser capaz de soportar los señalamientos, y que en los siguientes noventa minutos querrá comerse el mundo.
“Cota ya tiene 33 años, ya es un arquero que puede con estas críticas y mucho más. Cota debe saber que en sus guantes está mucho del destino del León, pero que también está en lo que hagan Luis Montes, Ángel Mena, los demás jugadores, porque ahorita, con este marcador, el León está en la final”, recuerda Lugo.
“Yo espero que no le afecte. Afortunadamente no va a haber gente en las tribunas, y esto le ayuda a no sentirse presionado. Si sale concentrado y hace lo que sabe hacer no debe haber ningún problema. El apoyo del técnico, del presidente y de un sector importante de la afición van a ser fundamentales para que Cota salga en una buena noche y no se convierta en un factor en contra del equipo verde”, afirma Castrejón.
“Le va a afectar, pero le va a afectar positivamente. Cota podrá tener su temperamento y su carácter, será un tipo hosco, que no sonríe, podrá tal vez querer estar en otro lado, pero nadie puede poner en tela de juicio que es un tipo que se ha cocinado en altos fuegos: fue campeón con Chivas y siendo figura, eso habla de la categoría que tiene. Para nada se va a achicar. Lo que ha provocado esta situación es que Cota se sienta más orgulloso hoy de pertenecer a esta institución; porque sí hay voces que lo señalan, pero la mayoría, incluidos directiva, cuerpo técnico, analistas, afición, están todos con Cota, y eso logra crear un vínculo, una cercanía. Yo creo que se acaba de cerrar con fuego un pacto de Cota con la afición. Hoy se da cuenta Cota, más aún, de donde está parado”, finaliza Paco Vela.
Así que todos los jugadores deben saber lo que significa la afición esmeralda, la dicha de portar este escudo en el pecho, pero también la presión de todo lo que representa, porque León es alegría, grandeza y victorias, y al mismo tiempo es coraje, empuje y exigencia. Lo explica mejor Gerardo Lugo:
“El jugador del León debe saber que viene a un entorno donde nos gusta ser así, nos gusta ser calientes, apasionados, nos gusta elogiar, nos gusta criticar, y somos así, y así ha sido el futbol leonés de siempre. Entonces el jugador del León tiene que saber convivir con esa exigencia de la afición, que está con el equipo. No es una afición fría, y eso es un beneficio para todos”.