Seis sin ganar: nunca imaginamos estar aquí

¿Cuántos de nosotros lo pensamos? ¿Cuántos lo imaginamos cuando anunciaron que Ariel Holan era el elegido para dirigir al Club León? ¿Cuántos se animaron a predecir que el Club León pasaría seis jornadas consecutivas sin ganar cuando revelaron los fichajes de Elías Hernández, Santiago Ormeño u Omar Fernández en la pretemporada? ¿Cuántos adivinaron que el Club León encararía la recta final del torneo entre dudas y medianías?
A la mayoría de nosotros, la realidad nos ha tomado por sorpresa. Mientras celebrábamos la consecución del primer título internacional de la historia del equipo, no nos dimos cuenta de que ya iban cuatro, cinco y ahora seis encuentros consecutivos sin ganar.
Y sí, la Fiera sufrió ante San Luis un arbitraje de mala calidad que los condicionó desde los primeros cinco minutos de juego con la rigorista expulsión de Omar Fernández, pero paradójicamente, cuando estaban diez contra once fue cuando jugaron mejor.
Después el gol anulado y el VAR quedan como una más de las miles de polémicas que ha dejado la incursión de la tecnología en el deporte más popular del mundo, pero debemos recordar que si bien ese gol anulado a Emmanuel Gigliotti pudo haber cambiado el destino del partido, San Luis también tuvo una última que con un poco más de suerte les hubiera regalado el juego.
Y ahora, con un nuevo empate a cuestas, la tarea de cambiar la situación quedará para hasta dentro de quince días, cuando los verdes se metan al BBVA del Monterrey a intentar derrotarlos a domicilio.
Nadie, o casi nadie, esperaba este escenario. Hemos sido sorprendidos por nuestra propia arrogancia. Si al principio del torneo alguien nos hubiera pedido predecir los resultados frente a Juárez, Atlas y San Luis, no pocos aficionados esmeraldas hubieran firmado tres victorias, pero en la práctica apenas y pudimos rescatar una unidad.
Pareciera que la suerte nos hubiera abandonado, y con los árbitros nunca hemos contado. Así que una vez más, la única solución es sobreponerse a todo lo que se venga, y volver a la única fórmula que garantiza resultados: el trabajo.
Vendrán dos semanas para concentrarse en lo que se ha hecho mal, y para trabajar sin descanso. Porque como dicen por ahí en cierta ciudad del Bajío mexicano: el trabajo todo lo vence...