Renato Paiva y su primera vez en el Nou Camp

Para el aficionado del Club León, el ritual de acudir al estadio Nou Camp ya es algo cotidiano. Y no es para menos, porque desde hace 55 años, miles de familias leonesas han dedicado religiosamente sus fines de semana a visitar el 'Glorioso' y apoyar al equipo de sus amores.
Los leoneses ya se han acostumbrado a los embotellamientos en el López Mateos, a los puestos de playeras y tortas de carnitas, a las mareas de gente con su playera verdiblanca que se arremolinan afuera del estadio desde horas antes de que comience el partido, y hasta a las insoportables filas para acceder al inmueble que la afición soporta de mala gana mientras consume sus paquetes de semillas de a tres por diez.
Incluso dentro del estadio el ritual está normalizado. Vemos como algo común y corriente el ánimo inagotable de la barra brava, los cánticos que hemos repetido una y mil veces, los insultos al aficionado de adelante que se niega a tomar asiento, o los baños de cerveza en los gritos de gol.
Hasta el juego se ha convertido en algo trivial y en ocasiones, hasta aburrido. Nos hemos acostumbrado tanto a las atajadas de Cota, a las salidas de Tesillo, a los goles de Mena y a los pases del 'Chapo', que ya no nos sorprenden, o al menos no tanto como cuando los presenciamos por primera vez.
Pero Renato Paiva no sabe nada de esto. El técnico portugués, acostumbrado a espectáculos de primer mundo en el estadio da Luz de Lisboa, o incluso al pequeño pero moderno estadio de Independiente del Valle, con capacidad para 12 mil aficionados e inaugurado en 2021, está a punto de enfrentar el espectáculo popular y delirante que ofrece el estadio León.
El nuevo entrenador verdiblanco conocerá este sábado por primera vez el ritual verdiblanco del Nou Camp. Conocerá los gritos de aliento y los insultos a los rivales. Conocerá las canciones repetidas una y mil veces por la afición, pero que serán nuevas y originales para él. Con un poco de suerte, conocerá varias veces el ya mítico “dale, dale, dale verde, dale” que acompaña cada anotación, y podrá describir cómo suena “Caminos de Guanajuato” entonada por veinte mil gargantas al unísono
Así lo entiende el técnico, que confesó en rueda de prensa las ganas inmensas que tiene de vivir su primer partido en el estadio León.
“Estoy mal por esperar. Lo que yo he visto en San Luis Potosí fueron muchas partes de la cancha con mucha gente del León. Me emocionó, me gustó mucho ver a la gente acompañando al club; sé que no es tan lejos pero fue bonito: hubo apoyo en el hotel, apoyo en las carreteras, fue un momento muy bonito y yo pensé para mí: 'Me imagino el estadio en León'. La primera vez que entrené ahí, miré y dije: 'Esto lleno va a ser una caldera importante para nosotros'. Y me han dicho que sí, que el ambiente es increíble”, afirmó.
A Renato Paiva le espera una fiesta. No solo porque la reciente victoria y el rival aseguran una entrada importante, sino porque además Los De Arriba ya han confirmado el primer banderazo de la temporada en el hotel Hotsson a las 4:30 de la tarde.
Un nuevo torneo, una renovada ilusión, el torneo de los #20años de LDA.
— Los De ArribaOficial (@LDA_LeonGto) July 7, 2022
Mucho ha cambiado desde aquel 2002, pero esta pasión prevalece. Respeto para los que fueron y los que están.
Apoyemos a los que defienden nuestra camiseta en la cancha. ¡Vamos por #la9! ¡Vamos @clubleonfc! pic.twitter.com/ssVwiW3nH7
Al final, para el primer partido en casa de esta nueva era, la afición esmeralda simplemente debe hacer lo mismo que ha venido haciendo cada quince días desde hace 55 años: hacer que la cotidiana fiesta del Nou Camp se convierta en algo extraordinario.