Los sacrificios de Curtidores que salvaron al León

15 Aug, 2021
curtidores leon
Historia del León F.C.

Hace 93 años, en 1928, trabajadores de las distintas tenerías que ya prosperaban en la ciudad de León, decidieron juntarse para practicar el nuevo deporte que poco a poco se popularizaba en Guanajuato y en México: el futbol.

Así nació el 15 de agosto de 1928 la Unión de Curtidores, liderada por el mítico Antonio 'Capi' Morales, que fue quien organizó a los curtidores, y con el empresario cuerero Enrique Rodríguez como su primer presidente.

En la siguiente década, la Unión se convirtió en el mejor equipo de León, y peleaba con los equipos de Irapuato por los campeonatos estatales. La Franja acumuló títulos, prestigio y reconocimiento popular, y para los cuarentas ya era el mejor club del estado, pero su destino se rompería al encontrarse con otro equipo leonés que le robaría la grandeza: el Club León.


Cortesía Anotando Futbol

Para 1942, la selección Guanajuato, con una base curtidora, se consagra campeona nacional, por lo que el gobernador Enrique Fernández Martinez les promete la construcción del primer estadio de León exclusivo para la práctica del futbol, pues hasta entonces tenían que jugar en el adaptado estadio Patria, diseñado para el beisbol.

Esto motivó al Unión de Curtidores a buscar su inscripción a la incipiente Liga Mayor, por lo que buscaron ayuda de otros empresarios, incluido el español Sebastián Martínez. En un principio, disputaron la Copa México de la temporada 1943-44 bajo el nombre de Unión-León, y a pesar de que fue un mal torneo en el que perdieron todos sus partidos con varias goleadas en contra, todo estaba listo para el debut en la Liga Mayor 1944-45.

Pero entonces se dio el primer sacrificio de la Unión de Curtidores, que significaría el génesis del Club León.

Semanas antes de que comenzara la Liga Mayor, se decidió cortar todo vínculo del nuevo equipo con los Curtidores, se eliminó su nombre del equipo, y se determinó que iniciarían a competir como Club León y vestirían de color verde, aún a pesar de que la base del equipo seguiría siendo de la Unión.

Aunque las causas de la separación no son del todo claras, al parecer habría sido Sebastián Martínez el que motivó la expulsión de los Curtidores del Club León, motivado por el hecho de que creía que el nombre de 'León' provocaría que los fanáticos se sintieran identificados con el nuevo equipo más rápida y naturalmente, aunque otras versiones apuntan a que las razones fueron puramente económicas.


Cortesía Unión de Curtidores

Este sacrificio de la Unión de Curtidores permitió el nacimiento del poderoso Club León, que se convertiría en el mejor equipo de todo el país, y que evolucionaría hasta el cuadro que conocemos hoy.

Pero esa no fue la única ocasión en que la Unión de Curtidores pagó para perpetuar al León, pues la historia se repetiría en 1999.

En ese entonces, Valente Aguirre, propietario del León en primera división y de una franquicia del Curtidores en segunda, decidió vender la franquicia de la Fiera a Francisco Bernat, que mudaría el equipo a Puebla. Así, Valente se quedaría solo con los Curtidores, que acababan de ascender a la primera división.

Sin embargo, esta decisión desató la furia de la afición esmeralda, que en un hecho inédito, salió a las calles a protestar para la permanencia de su equipo, y motivó una ola de movimientos políticos y sociales que presionaron a Valente Aguirre para que cambiara su decisión.

De acuerdo con el libro 'Zermeño: héroe o villano', Roberto Zermeño, exdueño del Club León, fue convencido por el entonces candidato presidencial Vicente Fox, el gobernador interino de Guanajuato, Ramón Martín Huerta, y el presidente municipal de León, Jorge Carlos Obregón, para que convenciera a Valente Aguirre de vender al Curtidores y no al León.

Al final Valente accedió, y nuevamente la Unión de Curtidores pereció para que el León subsistiera, aun a pesar de que todos estos movimientos derivarían en el descenso del equipo tres años después, en 2002.

De cualquier manera, hoy, en su 93 aniversario, no queda más que agradecer al eterno rival local, ya que a pesar de la enemistad histórica, hoy no existiría el Club León si no fuera por la Unión de Curtidores.

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