León vs. Toluca: todo empezó y acabó con Ambriz

02 May, 2022
leon toluca
TUDN

Es el minuto 95'. El Club León está volcado sobre la meta del Toluca. El Nou Camp empuja para que su equipo consiga un último tanto, el quinto de la noche, ese que los meterá al repechaje y les permitirá soñar, al menos una semana más.

Entonces una pelota cae al costado izquierdo, donde el centro delantero, Víctor Dávila, se encuentra fuera de su zona. Tiene un segundo, así que levanta la cabeza, y alcanza a ver del otro lado de la cancha que un menudo futbolista de negro y verde se aproxima a toda velocidad. No lo duda, y le manda el balón a los pies, en el que posiblemente se convierta en el mejor centro que ha puesto en su carrera.

Al balón llega Jean Meneses, detrás de los defensores. Quizás tenga oportunidad de controlar y disparar, pero no quiere perder ni un tiempo, así que se va por el todo o nada, y la prende de volea en espera de meterla al ángulo, convertirse en héroe y llevar a su equipo a la siguiente ronda.

Pero no. Este no es el León de los milagros. Ya no. Por eso el balón se fue por encima del marco y la Fiera quedó eliminada, sin posibilidad de liguilla por primera vez luego de tres años y medio.

Con un partidazo y una feria de goles que llegó hasta la última jornada y ante uno de los peores equipos del torneo, el Club León le puso punto final a una temporada de decadencia, de fracasos, de fin de ciclos.

Porque sin haberse clasificado ni siquiera entre los primeros 12 lugares de la tabla, el cuadro esmeralda parece ponerle punto final a una gloriosa etapa en la que ganaron su octavo campeonato y dominaron el futbol mexicano.

Hoy es evidente que esa generación dorada agota su magia, y los reemplazos que debían suplirlos no han funcionado. Los pilares de tiempos pasados, como Luis Montes, Elías Hernández o hasta Ángel Mena, ahora no son más que foco de críticas y señalamientos. El volante ecuatoriano incluso mandó un mensaje a tono de despedida en redes que ha conmocionado a la afición.

Otros nunca dieron el salto de calidad necesario para que el equipo se mantuviera en lo más alto. Jean Meneses, Omar Fernández o Santiago Ormeño, de todos ellos se esperaba un crecimiento y un protagonismo que sirviera para llevar a la Fiera a través de este cambio generacional, pero todos se quedaron lejos de las expectativas.

Esta temporada llegaron dos refuerzos que aportaron lo mismo que nada, e incluso vimos fallar a tipos de la talla de William Tesillo o Andrés Mosquera.

Es evidente que se necesita una revolución. Habrá que apostar por un nuevo proceso, un nuevo técnico, comenzar de cero, derrumbar las ruinas de lo que queda y volver a construir.

Lo de ayer en el Nou Camp fue una despedida espectacular, un canto de cisne perfecto con ocho goles anotados, volteretas, empates de último minuto y emoción hasta el final.

Es hasta poético pensar que la última gran etapa del Club León comenzó con Ambriz y termina ahora con Ambriz.

Pero no deja de ser el último fracaso en una en una temporada de fracasos.

Ahora, pese a la derrota y la frustración, la Fiera tiene ante sí las llaves de su propio futuro. Incluso, en estos días de incertidumbre, se nos está permitido soñar con Larcamón o con Bielsa, que más da.

Aprovechemos este momento en el que todo es posible, en el que vendrán rumores y nombres y miles de posibilidades. Disfrutemos del futbol de estufa, de los escenarios irreales y los fichajes imposibles. Soñemos, ahora que podemos, con el mejor León que podamos imaginar. Porque la realidad es que no sabemos donde estaremos seis meses después...

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