León sublíder: si va a ser así, que así sea

Es hora de reconocernos a nosotros mismos. Es hora de hablarnos claro. Es hora de aceptar nuestro destino, de abrazarlo y dejar que nos guíe. Dejemos de resistirnos. Dejemos de pensar que las cosas van a cambiar, porque no lo harán.
Prácticamente desde que inició el torneo, hemos venido esperando la mejor versión del Club León de Ariel Holan. Ese equipo vertical, ultraofensivo y goleador que el técnico argentino prometió a su llegada. Se han ido las jornadas y los verdes han ido rascando puntos por aquí y por allá, sin gustar ni convencer, pero de algún modo se las han arreglado para colarse hasta la tercera posición de la tabla general a una jornada de que termine la temporada regular.
Ayer, frente a Cruz Azul, León rescató una victoria gracias a la que es su nueva identidad: la cautela y la precaución. Tras encontrar un autogol gracias a la claridad de Víctor Dávila y Omar Fernández, sus tipos más lúcidos y talentosos, la Fiera hizo poco por incrementar la ventaja. Sí intentaron irse al frente y dispararon en un par de ocasiones, pero parecían satisfechos y calmados con la ventaja que mantenían. Y para el minuto 80, cuando el asedio de la Máquina ya los desbordaba, poco pudieron hacer mas que intentar resistir.
No fue una novedad. De esa misma manera se ganó ante Monterrey, y así mismo se negoció el empate en Toluca. La Fiera no cierra los partidos con intensidad ni garra, sino con el rosario en la mano y con la esperanza de que los dioses y los postes le ayuden a mantener lo poco que pudieran haber conseguido, justo como ayer en el Azteca.
Este equipo de futbolistas sin gol nos ha confirmado por enésima vez que no busquemos más, que su fortaleza está del otro lado del campo, en su defensa, la quinta menos goleada del torneo, y en su portero, la figura mitológica de Rodolfo Cota que partido a partido se sigue consagrando en el panteón esmeralda.
Así que aceptémoslo. Celebremos nuestras fortalezas y disimulemos nuestras carencias. Si vamos a ganar sufriendo, con autogoles y pidiendo la hora, que así sea, pero ganémoslo todo. Si tenemos que hacer tiempo y meter a otro central para asegurar la victoria, hagámoslo.
Podemos volvernos pragmáticos y resultadistas, porque aunque no lo hagamos nosotros en la grada, parece que el equipo ya lo ha hecho en el campo.
Así que Holan puede apostar a la seguridad y la efectividad de su defensa. A marcar un gol y llevar el partido sin asumir más riesgos. Pero debe hacerlo consciente de que la victoria y la clasificación podrían quedar a merced de un poste al minuto 101.
Si va a ser así, que así sea.