León - Santos: Ahumada y sus escándalos

Esta historia comienza el 19 de abril de 2002. Ese día, hace casi 18 años, el entonces dueño del Club León, el ingeniero Roberto Zermeño, accedió a venderle el equipo a un empresario argentino llamado Carlos Ahumada. Y ese fue el primer paso rumbo al abismo.
Luego de meses de negociaciones en las que Carlos Ahumada insistió en adquirir a la Fiera, Zermeño, que tenía sus dudas, finalmente aceptó, motivado por que, según declaró a la revista Proceso, el argentino le prometió una inversión de entre siete y ocho millones de dólares en el club; contratar a César Luis “Flaco” Menotti, campeón del mundo con Argentina en 1978 y exentrenador de la selección mexicana de futbol, como el nuevo entrenador de la Fiera (y con quien asegura que sí hubo por lo menos un primer contacto); y sobre todo, mantenerlo a él como presidente del equipo.
Al final, Carlos Ahumada prometió pagar cinco millones de dólares por el León, aunque Zermeño afirma que solo le pagó dos abonos por un millón cada uno. Apenas un par de meses después, los verdes descendían a la Primera División “A”, y todo comenzaría a torcerse.
Carlos Ahumada se quedó con el León, pero se enemistó con Zermeño, quien aún le reclama por lo que le quedó a deber por la franquicia esmeralda. De cualquier modo, Ahumada lo separó definitivamente del equipo, invirtió fuerte en el plantel, trajo a Carlos Reinoso como técnico y se puso como objetivo regresar al Club León a la primera división lo más pronto posible.
Con esa idea en mente, no le importó hacer trampa para ganar. Apenas hace unos meses, el periodista Ignacio “Fantasma” Suárez ventiló las acciones del Club León en la liguilla del torneo Clausura 2003 de la Primera División “A”, cuando habrían instalado cámaras y micrófonos en los vestidores del equipo rival y de los árbitros. También habrían mandado “escorts” al hotel donde se hospedaba el equipo visitante para distraer a los jugadores, además de que inundaron con gas lacrimógeno el hotel.
Finalmente, para evitar que se jugara la final en Irapuato, Ahumada secuestró el estadio Sergio León Chávez, mismo que fue recuperado por la barra brava fresera, los “Hijos de la Mermelada”.
De cualquier modo, el equipo cayó en la final, y se quedó en la segunda división. Seis meses después, el 19 de diciembre de 2003, el Grupo Modelo anunció que Carlos Ahumada compró al Santos de Torreón, y por corto tiempo, ambos equipos verdiblancos fueron “hermanos” bajo el cobijo de Carlos Ahumada.
En el siguiente torneo, el Clausura 2004, el Santos enfrentó la Copa Libertadores de América, y se llevó como refuerzos a los mejores jugadores del León, Ulises González y Héctor “Yaya” Álvarez, que disputaron el torneo continental mientras jugaban en la Liga de Ascenso.
Pero entonces todo se desmoronó. El tres de marzo de 2004, con el Santos y el León aún en competencia, se transmite en el noticiero “El Mañanero” de “Brozo”, el videoescándalo en el que Ahumada le entrega fajos de billetes al político René Bejarano.
Esto comenzaría una cascada de corrupción y chantaje en la que Ahumada aparecía como protagonista, y en la que estaban implicados personajes como Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Diego Fernández de Cevallos y Raúl Salinas de Gortari.
A lo largo de ese mes de marzo, el Club León y Santos le serían embargados a Ahumada, mientras que él sería arrestado en Cuba y extraditado a México, donde pasaría cuatro años en la cárcel.
Mientras tanto, el León llegó a la final del Clausura 2004 contra Dorados, pero perdió la serie y se mantuvo en la segunda categoría.
Tras el escándalo, en Primera División el Santos regresó a ser propiedad de Grupo Modelo, pero en Primera “A”, Ahumada se mantuvo como dueño del León a pesar de estar arrestado, por lo que el empresario Adolfo Rezza pasó a administrar el club. Así se mantuvo la situación hasta el Clausura 2005, cuando el León alcanzó una nueva final que perdería contra Querétaro.
Después de esa final, concretamente en junio del 2005, Grupo Pegaso confirmó que le había comprado el Club León a Carlos Ahumada, y que el equipo pasaría a ser filial del Atlante.
Y a pesar de que después Ahumada pelearía desde los tribunales para desconocer esa transacción, al final el equipo se desligó de él, y así terminó su convulsa etapa como dirigente verdiblanco.
En total fueron tres años (2002-05) de buenas temporadas en lo deportivo, pero donde a pesar de las trampas y la corrupción no se pudo ascender. En ese periodo se dio un fugaz hermanamiento con el Santos de Torreón, y se mezclaron temas deportivos y políticos que parecen increíbles casi 20 años después.
Así fue la historia de Carlos Ahumada con el Club León, el Santos y los escándalos; y así se confirma a Ahumada como uno de los más polémicos directivos esmeraldas en su historia, y paradójicamente, uno de los más queridos por la afición de León.