Las tres facetas de Renato Paiva con el Club León

Tras su primer partido de Liga MX como entrenador del Club León ante San Luis, el portugués Renato Paiva se presentó ante las cámaras de la prensa mexicana.
Esa primera conferencia ocurrió en un entorno positivo, tras una victoria, y Renato Paiva se vio mesurado, analítico y hasta precavido, pues advirtió que a pesar del triunfo, el equipo no se había mostrado exactamente como él quería.
“Estamos al 50% porque nos faltan cosas, pero no puedo ser loco y poner esas cosas en cancha cuando no estamos preparados para hacerlas, entonces vamos paso a paso. Muy orgulloso, pero muy orgulloso del esfuerzo de los jugadores”.
Incluso mencionó que su actitud sería la misma en la victoria o en la derrota, y que pasara lo que pasara, se trataba de un partido más.
“Mi tranquilidad es la misma que cuando perdemos 5-2 ante América. Son tres puntos, un partido”, dijo.
Esta fue la primera faceta que Paiva mostró al ojo público, pero una semana después, tras el debut en casa ante Pumas y tras la épica remontada, sí se mostró mucho más emocional.
“Me quedo con uno de los días en el que un entrenador se puede sentir más orgulloso en su trayectoria. Si hay días en que yo me pueda sentir orgulloso de quien trabaja conmigo, ese día es hoy. El partido empezó siempre cuesta arriba y por errores nuestros. Pero es a partir de ahí que sale lo que este equipo debe dejar siempre en una cancha. Podemos ganar, podemos perder, podemos empatar, pero lo que tiene que estar siempre presente en una cancha es orgullo, creencia, personalidad y trabajo”.
Pero incluso en el ambiente optimista de aquella gesta, Paiva dejó ver algo de su férreo carácter al recriminar a la afición por los insultos a sus jugadores.
“Ahora, hay una cosa que voy a dejar claro a la afición, por la cual yo tengo el mayor respeto: no insulten a mis jugadores y no me pidan hacer cambios. Porque mis adeptos estaban insultando a Byron y pidiendo que Byron salga exactamente en el momento en el que Byron hace la jugada del gol de Lucas. No me pidan eso, porque necesitamos de todos, todos tenemos que empujar en la misma dirección”.
Ya en los empates ante Puebla y Chivas, el técnico verdiblanco dio una cara mucho más tranquila, y ante el señalamiento de que sumaba tres empates, y por ello, tres partidos sin ganar, usó la analogía del vaso medio lleno o medio vacío, y apuntó que también eran tres partidos sin perder.
“Son tres partidos sin perder también; es el problema del vaso. Me quedo con sensaciones medias, no altas. ¿Qué mejoramos hoy? El arco en cero. Puede ser que durante la semana digan que León ya defiende un poquito mejor, en especial con la adaptación de Fidel a central. Ahora obvio van a decir que no hacemos goles, y esa es la parte que me deja más triste, en especial en el momento de la paridad numérica”.
Esa es la otra faceta de Paiva, la que muestra en los empates, donde intenta destacar siempre los aspectos positivos y las cosas a mejorar.
Pero ayer, luego de perder su primer partido como entrenador esmeralda, conocimos la faceta que nos faltaba del portugués: la de la derrota. En ese contexto, sacó su versión más polémica y se fue contra los oficiales del VAR.
“Yo en 22 años nunca hablé de arbitraje, y no estoy hablando de arbitraje, estoy hablando del VAR, porque ahí está el problema, en los criterios del VAR. Porque si empiezo a hablar, voy a hablar de un penal aquí con Pumas que no es penal; voy a hablar de una agresión enfrente de mí que ni al VAR se fue a ver ante Pumas; y voy a hablar de un penal en Puebla con Paul Bellón”, señaló visiblemente eufórico.
Incluso acusó a los videoárbitros de no entender la esencia del futbol, y de fomentar un juego más robótico.
“Lo que los señores del VAR están haciendo, o no saben o no perciben lo que es la esencia del juego, entonces estamos haciendo un juego de robots mecánicos, y yo creo que es necesario sensibilidad”.
Hoy, la afición del Club León ya conoce a Renato Paiva en sus tres facetas. Ha demostrado ser un hombre visceral y directo, que no se anda con rodeos, algo que no es habitual en el mundo del futbol.
Hasta ahora, ya hemos visto este discurso pasional trasladado a la cancha, donde los jugadores, por momentos, muestran una intensidad antes desconocida. Pero ahora tiene de frente el duelo frente al América, un juego que por sí mismo levanta expectativas y apela al carácter, por lo que quizás sea el contexto perfecto para que aflore el 'Paivismo', tanto en el discurso como en el campo de juego.