La ilusión de miles: León a semifinales

No fue solo un partido de fútbol. No fueron solo los cuartos de final. No fueron solo goles y fantasías. Fue la ilusión y la esperanza de miles de fanáticos verdiblancos que se entregaron en cuerpo y alma a su Club León.

Porque luego de la derrota en Puebla, nuestros fantasmas habituales volvieron a acecharnos, y aunque no lo dijimos, sabíamos que la sombra de una nueva eliminación estaba en puerta, vigilando, en espera de rompernos otra vez el corazón.

Pero ante la adversidad, no dudamos ni siquiera un poco, le cerramos la puerta a los fantasmas y la incertidumbre, y optamos por la fe. Jugadores, cuerpo técnico, directiva y afición supimos que solo saldríamos de esta juntos, y a pesar de las críticas y la frustración, hicimos lo único que nos quedaba: apoyar.

La hinchada verdiblanca se convirtió en una masa común que pedía a gritos la remontada. Ya no hubo diferencias ni malentendidos. Nos unimos en un mismo objetivo, y la convicción de la ciudad se materializó en el Nou Camp, donde el León jugó con el apoyo de la nación esmeralda a sus espaldas.

La Fiera entendió su papel, se volcó al ataque y encontró el resultado que necesitaba. Los verdes aseguraron el juego, y no arriesgaron de más, porque no había necesidad de hacerlo. Controlaron el partido a su antojo, y confirmaron su estatus de favoritos. Y ahora están en semifinales, a cuatro partidos de la gloria.

Hoy, tras superar con algunas dificultades a su primer rival, el Club León ha conseguido algo mucho más importante, porque ha reunificado a toda su afición. La Fiera entiende que debe trascender, y todos marchamos a su lado. No importa lo que venga, tenemos confianza y fe en que podrán superarlo, porque eso es lo que nos han demostrado en el campo.

Ahora viene lo más importante, pero estamos listos. León ha encontrado su fútbol, y sea quien sea que se pare enfrente, deberá temer el tiránico estilo de juego esmeralda.

Estamos convencidos de que este es nuestro torneo. Lo sentimos en nuestros corazones y nos lo dicen los astros. A pesar de que nada está escrito, tenemos confianza y certidumbre de que en esta ocasión todo nos saldrá bien.

No puede ser de otra manera. Porque no somos uno ni dos, es la esperanza y la ilusión de miles de fanáticos desquiciados. Y tantos locos no podemos estar equivocados.