Guastatoya: el reflejo de la temporada

16 Feb, 2022
León Guastatoya
Club León

A lo largo de este torneo Clausura 2022, el Club León ha sido un equipo tibio, irregular, indeciso e impreciso.

Capaz de tener pasajes de lucidez y genialidad, y al mismo tiempo incapaz de convertir sus situaciones de peligro en goles, el León de Ariel Holan ha mostrado dos caras que, hasta ahora, han probado ser insuficientes para competir y ganar.

Pues el debut en Concachampions frente a un rival claramente inferior fue el perfecto reflejo de lo que ha sido hasta ahora la temporada esmeralda.

Mientras en el primer tiempo el cuadro esmeralda arrolló al Guastatoya y demostró de lo que son capaces sus jugadores cuando salen inspirados al campo de juego, en la segunda parte bajaron de intensidad, comenzaron a especular y terminaron por verse torpes e ingenuos al frente.

Sabedores de su superioridad y con la certeza del marcador a su favor, los verdes decidieron aprovechar su paseo por la selva guatemalteca para tomar aire y descansar.

De hecho, este mensaje parece haber venido desde el cuerpo técnico, que con la ventaja en su mano, desechó la idea de seguir un asedio voraz sobre su contrincante, y prefirió mandar al campo a suplentes y juveniles que podrían aprovechar el juego para tomar confianza.

Así que en la segunda mitad León vio cortada de repente la inspiración y el talento derrochado en la primera parte, y volvieron a mostrar sus dos caras, tan distantes la una de la otra, y tan capaces de sorprender como de decepcionar.

Solo gracias a la incapacidad de un Guastatoya que no cuenta con las armas futbolísticas para hacerle frente a un rival de la jerarquía del Club León fue que los verdes no lamentaron el bajón de intensidad en el segundo tiempo, y dejan la serie encaminada para pasar de ronda sin muchos problemas en el Nou Camp.

En el guión, el Club León cumplió de sobremanera con su deber y se trae de vuelta un triunfo que era más que necesario. Pero en la realidad, no se puede exacerbar la conquista de Guatemala como si fuera una victoria épica, porque no lo fue, y porque al ver la diferencia de equipos plasmada cruelmente en el campo de juego, el 2-0 inclusive parece corto.

Al final, el aficionado esmeralda siente con este debut en la Concachampions el mismo sentimiento que ha venido arrastrando desde el arranque de la liga: la maldita incertidumbre de la medianía, de saber que no estamos naufragando pero tampoco tenemos rumbo, y la única certeza de que podríamos estar mejor...

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