Fue una auténtica VARbaridad

Corría el minuto 20 del partido. El Club León había marcado ya su primer tanto gracias a una conexión entre sus talentosos: Ismael Sosa, Ángel Mena y Jean Meneses. Santos quería reaccionar y el partido lucía abierto.
Pues en ese instante el cerebro del equipo, el engrane que hace funcionar a toda la maquinaria esmeralda, tomó la pelota en el medio campo, levantó la vista, apuntó y disparó. Luis Montes mandó un misil teledirigido hacia la frontal del área, y Jean Meneses arrancó para alcanzarlo en el momento exacto. En una combinación inverosímil, pudo desviar la pelota con un toque sutil y perfecto hasta el fondo de la red. Arte puro y sincronía en el ballet de piernas que es el futbol.
Pero fue muy bello para ser cierto. El árbitro asistente se convirtió en un aguafiestas con su mano levantada y su bandera hipócrita alzada al aire. La jugada se revisó en el VAR mentiroso, y los jueces dijeron que había un fuera de lugar inexistente que anuló la jugada.
Meneses alzó las manos y después se las llevó a la cadera. Su obra maestra se había manchado y se volvió inútil. Ahí el León perdió el partido, y ya no volvió a ser el mismo.
Por su parte, el Santos fue de menos a más. Comenzó a presionar y a buscar el punto de acceso, y finalmente lo encontró por su banda izquierda. Ahí estaba Gil Burón, que hace unos meses competía en la tercera división del futbol nacional, y que ahora se enfrentaba a uno de los mejores futbolistas de toda la Liga MX como lo es Brian Lozano.
León aguantó la primera parte, pero se desmoronó en la segunda. De inmediato un penal claro cometido por William Tesillo le dio el empate a los laguneros, y después la incertidumbre de Burón, que se barrió en el área, combinada con la exageración de Lozano y la incapacidad del VAR, todos estos factores se juntaron para perjudicar a la Fiera.
Todavía encontrarían el empate, pero serían incapaces de defenderlo y se fueron abajo nuevamente. Inclusive en la recta final Joel Campbell dejó una prueba de la frustración que atraviesa con dos remates francos frente a la portería, y que no pudo convertir en gol. El tico suma mil 391 minutos sin anotar, y de hecho no pudo marcar una sola vez en todo el torneo pasado.
Así cayó la Fiera en Torreón, acuchillada por las decisiones de un Videoarbitraje que debería de haber traído justicia y claridad al futbol mexicano, pero que en vez de eso terminó por evidenciar y potenciar los errores arbitrales.
De cualquier modo, esa no es excusa para los puntos que se dejaron ir. León no pudo aprovechar sus oportunidades, y no debemos olvidar que también gracias al VAR se evitó que el 3 – 2 se convirtiera en un 4 – 2 en contra.
Queda mucha liga por delante, y muchas oportunidades para recuperar la ilusión. Este es prácticamente el mismo equipo que el año pasado destrozó la liga, y parece solo estar esperando el momento ideal para regresar a su mejor nivel. Ahora tendrá una nueva oportunidad en casa frente a los Tuzos del Pachuca, donde deberán demostrar que el Nou Camp es impenetrable y que su fortaleza radicará en los puntos que saquen de él.
Hoy, por lo menos, y luego del desastre protagonizado por el VAR, tendremos las imágenes del poema de Meneses para torturarnos y soñar con lo que pudo haber sido...