Fidel Ambriz: La psicología del debut

22 Nov, 2019
fidel ambriz leon
Club León

Hace dos semanas, el pasado nueve de noviembre, el Club León enfrentaba al Toluca en el Nou Camp con la misión de ganar y asegurar su pase a la liguilla.

Los verdes respondieron con autoridad, golearon 4 – 0 a los Diablos y confirmaron su presencia en la fase final y la lucha por el título.

Pues en los minutos finales, ya con el resultado asegurado, Ignacio Ambriz se atrevió a meter al campo a un niño de 16 años de edad, un contención joven, descarado y luchador, que lo convenció de salir al “Glorioso” a codearse con los hombres.

Se llama Fidel Ambriz, y se trata de la nueva joya del equipo esmeralda.

Para muchos, el debut de Fidel Ambriz fue sorpresivo e inesperado, pero no para Javier Santamaría, el director de las Fuerzas Básicas de la Fiera, quien ya suponía que este momento llegaría pronto.

“Él ya traía un proceso de varias semanas entrenando con el primer equipo, y los reportes que nos llegaban eran muy buenos, de hecho ya viste que viajó a los Estados Unidos en la última fecha FIFA y ahí participó bastantes minutos. Nosotros a diario estamos en comunicación, y el mensaje de arriba era que iba muy bien, que estaban muy contentos, y que en cuanto hubiera chance lo metían, y así fue”.

Para toda la organización de Fuerzas Básicas del Club León, no hay mayor éxito que provocar el debut de un joven futbolista que tiene todo su futuro por delante.

“Es la victoria más grande que podemos conseguir, es la meta y el objetivo principal por el que trabajamos a diario, entonces nosotros saltamos de alegría cuando suceden cosas como esta y más con chicos tan jóvenes”.

Y a pesar de que muchos temen que 16 años sea una edad muy temprana para debutar, Santamaría asegura que nada es casualidad, y que si consideraron que estaba listo para jugar en el Nou Camp frente a 20 mil personas, fue porque él así se los demostró.

“Los que debutan es porque están preparados para ello. No son cosas del azar, ni cosas que suceden esporádicamente. Ellos ya traen un proceso previo en el cual ya se les ha visto en diferentes escenarios, en diferentes contextos, y han respondido bien. Entonces cuando debutan es porque ya están preparados para debutar. De ahí a lo que viene es lo normal, seguir con el día a día, entrenando, con la escuela, los entrenamientos, y estar a disposición del cuerpo técnico, entrenar al 120 por ciento buscando una oportunidad que quien sabe cuando se pueda volver a dar”.

Ahora, Fidel ha sido convocado para el último duelo de la temporada frente a Tijuana. Esta tal vez sea su última oportunidad de jugar en el primer equipo, pues en la liguilla parece complicado que pueda tener minutos. De cualquier modo, para Javier no es tan importante el sumar el máximo de minutos en el menor tiempo posible, sino que van a su ritmo, con la intención de que las cosas lleguen a su debido tiempo.

“Tratamos de ir poquito a poco, somos de los que creemos que no por correr mucho se llega antes, pero cuando llegas al punto en el que la cocción del jugador ya está hecho, los ingredientes ya están, ya está la cocción, en el momento que está listo para sacarlo a la mesa, adelante, ¿para qué esperar?, luego se enfría, como se dice”.

Y es que a pesar de que tratan de ser pacientes con los procesos, sabe que no hay una fórmula exacta, una edad de debut que asegure que un futbolista va a triunfar o va a fracasar.

“No existe científicamente una edad en la que digas que los chicos ya están listos para debutar. No hay una pócima mágica, no hay una receta, no hay nadie que te pueda decir que es ahora. Entonces cualquier momento en el que el chico esté preparado, es bueno. Ahora que debutó Fidel, en este momento él era el que estaba más preparado de todos los chicos que hay para esta situación, y es un poquito de todos los condicionantes que favorezcan que ocurran los debuts. Es por muchas cosas, por intuición, por el momento, por el partido, por la situación del equipo, son tantos factores que intervienen que no puedes dar una fórmula completa”.

Ahora la misión es clara: mantener esa línea y continuar con el trabajo en busca de minutos y la consolidación.

“El mejor escenario para nosotros es que siga en la línea que viene trabajando, que está contemplado con el primer equipo, ya está entrenando con ellos a diario, está compartiendo horas de curtimiento para afrontar mejor sus futuras posibilidades de participar en juegos, y ese es el mejor escenario, nosotros no pensamos en el más allá, vamos en el día a día, y lo mejor es eso, pensar en lo que se viene inmediatamente, porque lo que pueda pasar de aquí a una semana, no sabe nadie”.

Pero, ¿qué tan complicado es para la mente de un adolescente de 16 años procesar el carrusel de atención y presión al que se exponen los futbolistas profesionales? ¿Cómo afecta esta crucial etapa en el resto de su carrera?

El maestro en Psicología del Deporte Arturo Alba nos explica que si bien el debut es una experiencia fuerte, Fidel se encuentra en medio de un contexto que favorece su desarrollo.

“Fidel está muy bien arropado, el equipo marcha bien, no se le da una responsabilidad grande, reúne las condiciones y es el momento adecuado para un debut. Malo que fuera un jugador muy bueno pero que estuviera en un equipo que anda mal, que está batallando, que no ha tenido resultados, que tiene presión de la afición, ahí sí sería de mayor riesgo, pero aquí se reúnen las condiciones necesarias para que pueda hacer su debut”.

Y es que el experto concuerda en que la edad no es un impedimento si existe el proceso adecuado.

“Los años te dan la experiencia, pero si es un chico que ya venga de varios procesos amateur o de aprendizaje, bien puede debutar a los 16, a los 17, e irle enseñando e irle proveyendo de herramientas para generar autoconfianza y atacar la baja autoestima en los casos que así se requiera”.

Porque aunado al desarrollo y la fortaleza mental para soportar la presión mediática a la que serán sometidos, los jóvenes también deben responder en el campo con futbol, por lo que las dos cosas deben ir de la mano.

“A veces no pasa necesariamente por la madurez psicológica, a veces pasa por desarrollar más habilidades en el orden futbolístico. Ahí se quedan muchos, habría que trascender también el plano futbolístico, no nomás en el emocional, que es muy importante, pero yo creo que si él va mejorando técnicamente,  tácticamente, físicamente, está en un club y en un momento que le permite hacer eso”.

Por ahora, Arturo concuerda en que la mejor manera de llevarlo es a su tiempo, con un crecimiento exponencial y controlado.

“El proceso va a ser lento, o tendría que ser lento, a menos que establezca una diferencia en su posición, pues se pueden arriesgar, pero lo que yo intuyo es que esos pocos minutos son suficientes, y ver cómo responde futbolísticamente, pero además ver cómo responde hacia el compañero, hacia el trato con otras personas, hacia el trato con la prensa, y en esa medida, otorgarle un mayor espacio”.

Uno de esos aspectos, el trato con la prensa, puede ser uno de los más complicados de llevar, y el maestro Alba cree que también es responsabilidad del club enseñarles a sus jóvenes a manejar las críticas y los elogios de los medios.

“Es preparar al chico a como responder y como reaccionar ante dichos planteamientos, porque si bien es cierto que hay que fortalecer la autoestima, también hay que plantearle que no siempre van a salir las cosas y que no siempre se va a agradar a otras personas, hay que seguir trabajando y que así es el medio profesional”.

Además, advierte que otro de los puntos a cuidar es la desesperación. Either Jiménez, por ejemplo, debutó el torneo pasado a los 17 años de edad. Parecía que emergía como la última perla de la cantera verdiblanca, pero desde entonces no ha vuelto a sumar un solo minuto de primera división. Esta violenta aparición solo para después volver a la congeladora puede ser una experiencia devastadora que se debe saber manejar al interior del vestuario.

“Hay que tener cuidado. A lo mejor no rindieron lo que se esperaba, y tal vez no necesariamente por el aspecto psicológico, pero hay que trabajar con ellos porque siguen estando muy jóvenes y tienen mucho futuro”.

En este sentido, Javier Santamaría concuerda, y asegura que en la cantera los instruyen para nunca bajar las revoluciones, porque no se sabe cuando llegará la oportunidad de sus vidas.

“Lo importante luego es mantenerse, seguir entrenando, porque las oportunidades van a llegar. (…) Lo demás es seguir, llegaran nuevas oportunidades y hay que tener paciencia. Son muy jóvenes, tanto Either como Fidel son 2001 y 2003, respectivamente, y siguen entrenando con el primer equipo, se les van dando oportunidades en el día a día”.

Entonces la carrera es de resistencia, no de velocidad. Los procesos de los futbolistas son largos, y a pesar de la vorágine de un medio como el futbolístico, que se mueve a un ritmo frenético marcado siempre por los resultados, el club y los propios canteranos deben aprender a ir a paso seguro, en una marcha continua y duradera. Pero no detenerse nunca, porque si paran, corren el riesgo de no volver a arrancar.

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