Entre robos y traiciones

11 Mar, 2021
leon monterrey
Marca

¿Cómo podemos mejorar? ¿Cómo podemos dar pasos adelante cuando tenemos todo en contra, cuando nada nos sale bien?

Ya habíamos superado el miedo escénico. En la primera parte salimos a comernos el mundo y recuperamos nuestra esencia. Volvimos a ser el equipo campeón que arrollaba a sus rivales, el conjunto indomable que no le bajaba el rostro a nadie, el cuadro campeón que nos llevó hasta lo más alto...

Pero todo terminó en la segunda mitad a causa de una traición. Ignacio Ambriz decidió renunciar al estilo que ha pregonado a lo largo de sus más de dos años en el Bajío, y al minuto 59, tras la lesión de Víctor Dávila, hizo el cambio que más le ha ganado críticas a los directores técnicos en la historia del futbol: sacó a un delantero para meter a un defensa.

El mensaje no fue subliminal o entre líneas, sino que fue claro y directo: “Tenemos un gol y lo vamos a proteger como sea”. La Fiera renunció al ataque, traicionó su estilo y apostó por un futbol rácano y contragolpeador, mismo que se volvería en su contra.

Es cierto que esto puede llegar a ser entendible por el momento que atraviesa el equipo. La realidad es que para muchos, a estas alturas ya poco importa el jugar bonito, y la prioridad más bien es ganar y sumar puntos. Al final, la unidad sacada de Monterrey podría convertirse en la base del crecimiento y la remontada de la tabla.

Pero lo que es imperdonable es el robo. Luis Enrique Santander no había pitado el penal sino hasta que lo señaló el abanderado, y a pesar de ser una jugada complicada, decidió no ir a revisarla al VAR. Más allá de si había falta o no, el hecho de que ni siquiera se revisara, sumado a los dos goles anulados, provocaron que en la afición esmeralda el sentimiento generalizado fuera el del robo.

Sí, ganamos un punto, pero nos robaron dos, y quizás eso duele más.

Por ahora, las sensaciones son buenas, y a pesar de los números, los pasajes de buen futbol son cada vez más frecuentes. Los vimos en el primer tiempo contra Puebla, en varios tramos frente al América, y de nuevo en la primera parte frente a Monterrey. Poco a poco, los verdes recuperan el alma, vuelven a sentir la inspiración cuando tienen el balón en sus pies y le dan esperanzas a su maltratada afición.

Ayer, pese a los robos y traiciones, pudimos sumar un punto ante uno de los equipos más poderosos del país y el más caro de la liga, lo que ya es una ventaja, y el próximo lunes recibimos a Necaxa con la misión de volver a ganar.

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