El León de Holan también tiene huevos

Hasta este sábado, el Club León había mostrado su mejor rostro, uno de futbol ofensivo, vertical, efectivo y goleador. Casi sin que nos diéramos cuenta, el equipo sumó cuatro victorias consecutivas en liga y cinco en todas las competencias, y Ariel Holan comenzó a ganar adeptos para su naciente proyecto en el cuadro esmeralda.

Pero ahora, la Fiera enfrentaría una de las pruebas más complicadas de la temporada al recibir al Santos de Guillermo Almada, finalista del pasado torneo y un equipo con un estilo de futbol rocoso y complicado que ha venido dominando desde hace tres años.

Y por si fuera poco, en el juego sucedió lo peor. A pesar de que tuvieron varias oportunidades para irse al frente, los verdes se vieron abajo en el marcador en el primer tiempo, y debieron remar contracorriente para intentar evitar la derrota y continuar con su invicto en el Nou Camp.

Entonces el duelo cambió, y el Club León se vio obligado a practicar otro futbol, uno muy diferente al que habíamos visto hasta ahora, un futbol más crudo y salvaje, un futbol físico de choques y empujones, un futbol de tenacidad más que de calidad, y un futbol de garra y empuje.

Y lo hicieron. Pese a tener el marcador y el tiempo en contra, pese a fallar varias ocasiones claras, pese a un arbitraje deplorable, pese al juego físico y rasposo al que Santos orilló el juego, los esmeraldas nunca renunciaron al ataque.

Eso es lo que le da el mérito al empate; lo importante no es la polémica de si era mano deliberada o no, sino el hecho de que al minuto 100 la Fiera siguiera insistiendo, pusiera una chilena al palo, y provocara el tiro de esquina en el que se consiguió el penal.

Hoy, en el marco del 77 aniversario del Club León, todos los aficionados esperábamos concluir los festejos con una victoria, pero a pesar de que no se consiguió, quizás fue más gratificante irnos del Nou Camp afónicos por el empate al último minuto, y con la certeza de que el León de Ariel Holan tiene huevos.