El Club León y sus malditos espejismos
Ser seguidor del Club León significa tener un problema para distinguir la realidad de la fantasía. Y es que la Fiera parece tener un desorden de personalidad múltiple, porque un mismo equipo es capaz de mostrar las más numerosas versiones.
No hace falta más que verlos una semana para comprobarlo. Ante Atlas, el equipo de Renato Paiva dio su mejor versión: contundente, ofensiva, audaz. Pero apenas cinco días después, el mismo equipo era goleado por 3-0 ante Necaxa en 45 minutos.
Y en ese mismo partido, el León volvió a mutar y en la segunda mitad sacaron su versión más furiosa en busca de una remontada que al final no llegó.
Incluso esta dicotomía ha infectado también a los futbolistas en su rendimiento individual. De un partido a otro, jugadores como Lucas Di Yorio o Fede Martínez dejaron de ser feroces atacantes para pasar completamente desapercibidos, e incluso esto mismo nos hace dudar que el doblete de Víctor Dávila signifique que está de vuelta.
¿Cuál es la realidad y cuál es el espejismo? ¿Debemos creerle a la goleada ante Atlas, al pésimo primer tiempo ante Necaxa o a la reacción de la segunda parte?
Los aficionados esmeraldas no sabemos en qué versión de nuestro equipo creer, y todo indica que el propio plantel tampoco lo sabe.
Hasta ahora, luego de 11 partidos con Renato Paiva en el banquillo, la única certeza que ha mostrado este León es la incertidumbre. Ni las alineaciones, ni el rendimiento de los jugadores ni el estilo de juego han sido consistentes a lo largo del torneo, y así se vuelve muy complicado, si no es que casi imposible, rendir en la cancha.
Restan cinco partidos en los que el Club León se jugará la vida en espera de lograr la clasificación, algo que no luce tan complicado en una liga en la que califican 12, pero pase lo que pase, hace mucho que esta Fiera ya no despierta ilusiones ni esperanzas, y eso es lo más preocupante.
Ya solo queda esperar que los aficionados nos volvamos igual de multifacéticos que el equipo, y ojalá que de un partido a otro los resultados nos hagan dejar atrás el aire de pesimismo que se ha apoderado de nosotros.