Dos victorias y nos ponemos a soñar

Renato Paiva nos mintió. "No me pidan ópera", dijo el pasado martes tras la victoria ante Juárez, antes de argumentar que necesitaba tiempo para que el Club León funcionase de la mejor manera. Pero este sábado, apenas cuatro días después, su equipo ya ofreció un recital en el Volcán ante los Tigres, por lo menos en la primera mitad.

No es poca cosa. La Fiera ligó su segunda victoria consecutiva, y suma tres triunfos en los últimos cuatro partidos. Poco a poco su afición, que ya lucía desencantada y decepcionada por los malos resultados, comienza a ceder de nuevo a la esperanza.

Hoy, tras derrotar a los Tigres a domicilio por segunda vez en treinta años, es el momento ideal para dejar a un lado el pragmatismo y la lógica, y para dejar que la fe se cuele nuevamente en nuestro subconsciente.

Y es que la gesta así lo amerita. León volvió a ganar en el Universitario después de cinco derrotas y tres empates en esa plaza. Y además con su triunfo le cortó a los Tigres una racha de seis partidos consecutivos sin perder como local.

Pero no solo es el resultado, sino la manera de conseguirlo. Sin pilares como Ángel Mena o Luis Montes, los jóvenes tomaron la batuta. El debutante Luis Cervantes o el 'Plátano' Alvarado mostraron descaro y entrega, mientras que Yairo Moreno puso calidad y desborde como para responder al señalamiento que Paiva hizo de él tras el partido ante Juárez. Incluso José Iván Rodríguez dio un partido destacable como sostén del mediocampo esmeralda con una efectividad de pases del 100%.

Es cierto que todas estas buenas sensaciones se acabaron con al terminar la primera parte, pues para la segunda mitad los locales salieron a arrinconar a los verdes y a buscar el empate a como diera lugar. Pero la criticada defensa esmeralda, que llegaba a esta jornada como la tercera peor del campeonato, aguantó la presión y sacó tres puntos de oro que han logrado revivir la pasión de sus seguidores.

Y no lo negamos. Solo bastan dos victorias y ya nos ponemos a soñar. Pero es que la afición del León es un polvorín, y solo hace falta una chispa para hacernos estallar.

Ahora ya solo restan Cruz Azul, Querétaro y Tijuana en el calendario, y aunque la prudencia y la mesura nos llaman a no perder el piso, la realidad es que todos creemos que nueve puntos son posibles, y queremos pensar que llegaremos a la liguilla con cinco victorias consecutivas en la bolsa.

Hoy, a tres partidos del final de la competencia, el Club León de Renato Paiva ha logrado algo que parecía imposible: ha encendido la llama de nuestra esperanza. Y ya solo dependerá de ellos el no dejar que se apague.