Disfrutemos la fiesta de la liguilla
Ha llegado el momento. El Club León vuelve a una fase final con la misión de lograr su noveno campeonato y demostrar, una vez más, que es uno de los mejores equipos del país.
Aún a pesar de venir de una temporada irregular y en medio del proceso de acoplamiento entre el plantel y el nuevo técnico, Ariel Holan, la responsabilidad del club sigue siendo la misma: derrotar al Puebla, avanzar a las semifinales y luchar por el título de la Liga MX.
Pero además de exigirle al equipo su obligación de pelear por el campeonato cada temporada, la afición esmeralda tiene otra asignatura pendiente: disfrutar de la fiesta del futbol.
Más allá del resultado de estos cuartos de final y del resto de la liguilla, los aficionados verdiblancos tienen la oportunidad de volver a emocionarse con su equipo y volver a disfrutar de primera mano del máximo nivel de competencia que ofrece el futbol mexicano.
Así, los afortunados que viajarán esta noche a Puebla podrán experimentar nuevamente el fervor de acompañar a su equipo en medio de un territorio hostil, la sensación de desafiar a toda una ciudad, la satisfacción de cantarles goles en su propia casa, y si los astros se alinean, regresar con una victoria que nos dejaría con pie y medio en las semifinales.
Pero también los que se quedarán en León volverán a vivir la angustia y la emoción a distancia; volverán a pasar noventa minutos abrazados al televisor, con la pasión desbordada y la garganta destrozada, todo en el escenario mundano de la sala de casa.
Y pase lo que pase, la hinchada podrá volver este domingo a su templo, a su catedral particular, a ese lugar de fe y esperanza apodado Nou Camp para entregarse en cuerpo y alma a su propio adviento, mejor conocido como liguilla.
Con aforo autorizado al 80%, serán solo 25 mil los aficionados de la Fiera que podrán asistir al estadio para alentar al equipo y revivir la máxima fiesta de la ciudad. Serán ellos los encargados de representar el furor de todo León, y serán esas 25 mil gargantas las que deberán convertir el 'glorioso' en una caldera hirviente.
Ya sea en el sofá de casa o en las gradas del Nou Camp, aprovechemos esta oportunidad, disfrutemos cada minuto, cada gol, cada emoción, e inclusive disfrutemos las frustraciones y los enojos. Luego de casi dos años de pandemia, volvamos a apreciar esos detalles que antes parecían insignificantes, como ir al estadio o gritarle al televisor, todo para apoyar a nuestro equipo.
Saquemos las banderas, vayamos a la caravana, pintémonos el rostro y usemos la playera verde de colección que tenemos resguardada en un cajón. Hoy tenemos la oportunidad de presumir el color esmeralda de nuestras vidas, así que no podemos hacer otra cosa más que aprovecharla.
