De visita en repechaje ante Cruz Azul: tenemos lo que merecemos
Hay veces en que el futbol es injusto. Hay veces en las que un equipo se esfuerza por conseguir un buen resultado, ejecuta su plan de juego, suma más llegadas a puerta y más disparos a gol, pero al final un descuido atrás les cuesta el resultado. Hay veces en las que simplemente tienes mala suerte. Pero ayer no fue una de esas veces.
En realidad durante la noche del domingo el Club León cosechó lo que sembró, nada más ni nada menos. Fiel a lo que ha sido su paso por el Apertura 2022, la Fiera se vio irregular, inconsistente, incapaz de mantener su mejor futbol durante 90 minutos, y eso al final le costó la victoria y el repechaje en casa.
Y es que luego de 17 jornadas, al aficionado del Club León le queda la sensación de que la Fiera hizo todo lo posible para autosabotearse y fracasar.
irregulares, bipolares, a veces inoperantes, a veces con lapsos de intensidad, el León de Renato Paiva fue un equipo sin identidad y sin argumentos. La Fiera llegó a verse perdida, sin rumbo, sin saber si era mejor apostar a la línea de 5 para evitar goleadas o a la línea de 4 para intentar atacar pero con el riesgo de exponerse atrás. El técnico portugués nunca pudo encontrar su once inicial, y por si fuera poco las expulsiones y lesiones condicionaron a la Fiera durante la mayor parte del torneo.
Solo los buenos lapsos de Lucas Di Yorio, de Víctor Dávila o de Joel Campbell lograron sostener a la Fiera, que muy apenas consiguió meterse al repechaje en el puesto número 10 de la tabla general, a pesar de terminar con más derrotas (7) que victorias (6) en el torneo.
Esa es nuestra realidad ahora: media tabla, repechaje, tibieza. Ni negro ni blanco, solo gris.
Es en este contexto que el Club León llega al partido más importante del semestre. Ya sin margen de error, los verdes esperan encontrar en esta última semana su mejor nivel para superar al Cruz Azul en el estadio Azteca.
Y mientras la afición esmeralda deberá aferrarse a la ilusión de siempre; a que ya en la liguilla los jugadores apelen a la sangre, al amor propio, al orgullo y al honor para competir dignamente y esperar trascender.
Al final, la fe es lo único que nos queda, porque futbolísticamente el León no nos ha dado argumentos para soñar. Hoy, simplemente, tenemos lo que merecemos...