¿Criticar o solapar? Más bien soportar

Tres derrotas consecutivas y cinco en los últimos seis partidos. Apenas siete puntos de 27 posibles, lo que nos da una efectividad de apenas el 25%. Somos el segundo peor equipo de toda la Liga MX, solo por encima del Pachuca, que podría rebasarnos el lunes y dejarnos en el fondo del abismo. Este es sin dudas el momento más bajo del Club León desde la llegada de Ignacio Ambriz, y la crisis ya nos ha rebasado.
La derrota contra el América fue devastadora. Más allá de planteamientos, modificaciones tácticas o el rendimiento de los futbolistas, la Fiera ya padece de pura y simple mala suerte. Al contrario que la temporada pasada, ahora a los verdes ya no les sale nada bien, sus intentos terminan siempre en el error y la única constante son las equivocaciones.
Sí, es cierto que hay pasajes de buen futbol, pero irremediablemente, sin importar el camino, el resultado nos ha llevado casi siempre hacia la derrota.
Y para el aficionado esmeralda, la situación es más que complicada. Luego de dos años de éxitos, de dominar la liga y levantar el campeonato, los hinchas llegamos a olvidar un poco lo que era el sufrimiento. Pensamos que los tiempos de corajes y sinsabores habían quedado atrás, y que ahora solo podrían venir más y más glorias, pero no fue así, y este infumable torneo nos tomó desprevenidos.
¿Entonces qué debemos hacer? ¿Debemos criticar y presionar al cuerpo técnico para que sientan la responsabilidad de vestir el verde y blanco? Quizás, aunque es complicado. Ante América, por ejemplo, el equipo dio en general un buen partido, y el empate se veía justo. Es cierto que dejar que te saquen el juego en el último minuto por segundo partido consecutivo es un descuido y una irresponsabilidad, y mucho más cuando es contra el América, pero no podemos dejar de ver el panorama completo, y la realidad es que en la mayoría del encuentro el León jugó bien.
¿Entonces debemos apoyar y alentar al equipo a pesar de los malos resultados? Tal vez eso sea lo más correcto, pero ese no es el espíritu histórico de la afición esmeralda, que siempre se ha caracterizado por ser conocedora y exigente. En León no se celebran derrotas ni se solapan malos resultados. Hay apoyo incondicional, sí, pero también hay críticas y señalamientos cuando se necesitan.
Por ahora, y en medio del escenario más aciago de los últimos años, no nos queda más que soportar. Viene un juego importante frente a Monterrey, y aunque los Rayados son los grandes favoritos, quizás al León le ayude el papel de víctima y el hecho de que ya pocos esperan algo de ellos.
Y mientras, el pueblo verdiblanco no se da por vencido y mantiene la ilusión de verlos despertar. Con ocho partidos por delante, el decimosegundo puesto de la tabla y la clasificación todavía son posibles, y ni hablar de la Concachampions, donde esperamos recuperar la ilusión, el amor propio y la valentía para jugar al futbol.
Estamos deprimidos y en el fondo, sí, pero recordemos que cuando estás en lo más bajo, el único camino que queda es subir...