Ariel Holan: Del banquillo al paredón

“Siempre estoy en el banquillo de los acusados”, dijo Ariel Holan previo al partido, después de haber sido cuestionado sobre su destino al frente del Club León. “Hemos olvidado un poco lo que hicimos el semestre pasado”, añadió, recordando la final ante Atlas y el título de la Leagues Cup.

El técnico argentino quiso refugiarse en logros del pasado para justificar su continuidad con la Fiera, pero pareció olvidar la máxima que rige a todos los entrenadores del mundo: las victorias de ayer no tienen importancia, y lo único que importa es lo que puedas hacer hoy, y hoy el Club León está eliminado de la Copa de Campeones de la Concacaf, el torneo que el propio Holan calificó como su prioridad para esta temporada.

Hoy, con la eliminación de la Concachampions consumada, Ariel Holan ya no está en el banquillo de los acusados, sino que ya está en el paredón de fusilamiento.

No podía ser de otra manera. A pesar de la racha de buenos resultados en liga, la afición ya intuía que el funcionamiento no era el ideal, y con el paso de los partidos, el espejismo se derrumbó, primero en Concachampions y después en Liga MX. La eliminación de este jueves es apenas la confirmación del desastre, la crónica de una muerte anunciada que los fanáticos esmeraldas ya tenían semanas viendo venir.

Y a pesar de los discursos grandilocuentes y rebuscados, Holan también sabía que algo andaba mal. Por eso presentó su renuncia el sábado pasado, y aunque le fue negada, ya había dejado la sensación de que el capitán intentaba abandonar el barco.

Quizás por eso los marineros se vieron perdidos hoy, con enjundia y coraje para intentar, pero sin rumbo fijo ni destino. La Fiera salió apabullante la primera mitad, pero fue un esfuerzo en vano, porque no pudieron marcar el gol de la esperanza, y ante la desesperación, uno de sus baluartes, William Tesillo, falló.

Ellos también son responsables. Jugadores que han bajado su rendimiento, o que nunca dieron un paso al frente. Esta noche el único que mostró furia y coraje fue un chico de 18 años, mientras que tipos consagrados y estrellas como Ángel Mena, Jean Meneses o Elías Hernández pasaban desapercibidos.

Y de tipos como Fede Martínez o peor aún, Santiago Ormeño, ya ni siquiera merece la pena gastar caracteres.

León no tiene identidad, no tiene estilo, no tiene idea y no tiene carisma. La misma afición se volvió en su contra y utilizó el grito de “Puto” como arma para hacerse escuchar. La situación no puede caer más bajo, porque el Club León de Ariel Holan ha puesto en su contra hasta a su propia gente.

Hoy León está de luto. Murieron las ilusiones y los sueños de internacionalización por tercer año consecutivo. La esperanza de ver la grandeza del Club León pasearse entre lo mejor del continente volvió a morir, y nos volvió a dejar como lo que hemos sido hasta ahora: un equipo ganador y de tradición, pero solo en su terruño.

Fue una noche triste, la más triste de los últimos años, así que no le demos más vueltas: esta noche fue un rotundo fracaso; esta noche León sucumbió.