Adiós invicto: con la octava no alcanza

En la previa del juego frente a las Chivas, tal vez las declaraciones que más llamaron la atención en el entorno esmeralda fueron las de Joel Campbell, que fue cuestionado acerca de la importancia del Guadalajara y la trascendencia de este duelo.
“Yo creo que en el fútbol si vences al Guadalajara o si le ganas a un equipo como Morelia en su tiempo, van a dar tres puntos igual”, dijo fríamente el atacante costarricense, restándole importancia al peso del rival.
Pero no conforme con eso, habló acerca del invicto de 19 partidos consecutivos sin perder en todas las competencias en el Nou Camp, y aseguró, de nuevo haciendo eco de su frialdad, que ni siquiera pensaban en eso.
"Nosotros no pensamos en eso ni en Chivas, nosotros pensamos en salir a ganar y ahora mucho más porque somos los campeones”, afirmó.
Pero la noche de ayer en el Nou Camp se confirmó que el Guadalajara no es lo mismo que el Morelia, y que no basta con haber obtenido la octava para competir y ganar los partidos. Los duelos frente a las Chivas tienen otra mística, y se deben encarar con responsabilidad y orgullo. Porque si no es así, ocurre lo de ayer.
A pesar de que León dio muestras de su fútbol de posesión y ataque, también fue dubitativo, y si antes cualquiera de sus atacantes era capaz de sacar un juego adelante, hoy parece que ninguno atraviesa por su mejor momento.
Generaron jugadas e incomodaron al rival, pero los goles no llegaron, y la sobreconfianza arraigada por el invicto y el campeonato hicieron que los verdes no se esforzaran demasiado. Total, el resultado debía de llegar, como había llegado tantas veces antes.
Pero Chivas entendió su papel, y lo interpretó a la perfección. No fue tan creativo, pero sí punzante y vertical, y siempre encaró con peligro la meta de Alfonso Blanco. El Rebaño consiguió dos goles en el primer tiempo, el mejor guión que pudieron haber imaginado, y la Fiera se vio de pronto en un escenario que desconocía.
Así, León salió embravecido a la segunda parte. Quisieron apelar al coraje del que habían carecido en la primera mitad, y sus embates encontraron el descuento. Parecía que el campeón despertaba, y que la remontada era posible, pero tras la expulsión de William Tesillo todo se fue al traste.
Se abrieron los espacios y el espíritu de los futbolistas esmeraldas menguó, factores que se combinaron para que en los últimos minutos el equipo se descompusiera como pocas veces se había visto, y terminará por caer sin meter casi las manos.
Al final, ni Luis Montes, ni Ángel Mena, ni Jean Meneses, ni Víctor Dávila, los grandes argumentos ofensivos del plantel, ninguno de ellos reclamó el protagonismo necesario para estos partidos bravos, y apenas chispazos de Campbell o remates de Tesillo sirvieron para inquietar a Raúl Gudiño, que por si fuera poco reaccionó en los momentos importantes.
Finalmente, luego de más de un año sin conocer la derrota en casa, la Fiera ha vuelto a caer, una sensación que apenas conocieron hoy jugadores como Emmanuel Gigliotti o el mismo 'Avión' Ramírez, que desde su llegada al Bajío nunca habían perdido en el Nou Camp.
Ahora Ignacio Ambriz tiene la misión de recuperar el mejor nivel de sus jugadores, y debe hacerlo pronto, porque la Fiera juega este mismo viernes frente a Xolos en la frontera. Es cierto que el camino apenas comienza, pero también hay que recordar que esta es la parte ligera del calendario, y los puntos que se ganen o se pierdan ahora podrían terminar por ser cruciales en mayo.
El potencial está ahí, se trata del mismo plantel campeón, solo resta recuperar el fuego interno, y entonces, una vez más, seremos imparables.