"A Chivas ni en amistosos": Conrado Muñiz

En las primeras décadas del futbol profesional mexicano el Club León y las Chivas protagonizaron una de las rivalidades más intensas de la época, debido a que ambos equipos llegaron a dominar el balompié nacional en sus primeras etapas.
Esta rivalidad dejó infinidad de historias y anécdotas, pero hoy nos centraremos en un episodio que se definió por la terquedad de un hombre que puso sus ideales y su lealtad al Club León por encima de cualquier otra cosa.
Todo ocurrió en agosto de 1948, cuando el NV Bratislava de Checoslovaquia (el actual Slovan Bratislava) organizó una gira por México. El equipo europeo no tenía el gran cartel de otros clubes de su continente, pero atravesaba un buen momento, y justo el año siguiente conquistaría su primer campeonato, con lo que rompió la hegemonía de los equipos de Praga, que hasta entonces habían dominado la liga checoslovaca.
Así pues, el Bratislava enfrentaría el 19 de agosto de 1948 a las Chivas del Guadalajara, mientras que diez días después, el 29 de agosto, se mediría al León.
En busca de hacer un buen papel, la directiva de las Chivas se acercó a la del León, que entonces era el campeón vigente, para solicitarles algunos de sus jugadores como refuerzos para el duelo internacional.
El León estuvo de acuerdo, y se comunicaron con su mediocampista Antonio “Conrado” Muñiz para informarle que debía reforzar al Guadalajara para ese partido. Sin embargo, y de acuerdo al libro “Historia del Club León” de Carlos Márquez, “Conrado” se negó rotundamente, y aseguró sin atisbo de duda:
“Yo la camiseta del Guadalajara no la defiendo ni en amistosos”.
Ante esta sorprendente respuesta, sus compañeros intentaron disuadirlo, y convencerlo de que era una buena oportunidad para generar contactos en otro equipo y darse a conocer, pero “Conrado” se mantuvo firme.
“Ya les dije que esa camiseta no me gusta, no la voy a defender, y dejen de molestar”.
Por último, cuando alguien le señaló que esos contactos podrían significar una eventual contratación cuando el León prescindiera de sus servicios, él contestó: “Cuando al León no le interese, ese mismo día me retiro”.
Así que “Conrado” se quedó en León, mientras que sus compañeros Luis Luna y Adalberto “Dumbo” López sí accedieron a reforzar a las Chivas. De cualquier modo, esto no evitó que el Bratislava goleara al Rebaño Sagrado por 0 – 3 en el Parque Oro de Guadalajara.
Por su parte, cuando el León enfrentó al Bratislava diez días después en el estadio Ciudad de los Deportes en la Ciudad de México, logró empatar ante el rival europeo por 2 – 2 con goles de Alfredo Costa y el “Dumbo” López, y una gran actuación de “Conrado” Muñiz en el medio campo.
Pero esta no fue la única ocasión en que “Conrado” demostró su amor desmedido al Club León, pues de acuerdo con el doctor Primo Quiroz, el mediocampista también se dio el lujo de rechazar a la Selección Nacional Mexicana.
“No solo eso. Una vez lo seleccionaron, y don Pedro Pons (directivo del equipo) juntó al equipo en el centro del campo para darle la buena noticia delante de todos sus compañeros. Pero 'Conrado' le dijo: 'Don Pedro, yo nada más defiendo la verde'”.
En ese entonces la selección mexicana jugaba con una camiseta de color guinda, por lo que “Conrado” enfatizó una vez más que solo jugaría fútbol para el equipo de su vida, el Club León.
Y así fue. Antonio “Conrado” Muñiz terminó su carrera con los esmeraldas a principios de los cincuentas, y después se quedó a vivir en la ciudad, donde también terminaría por fallecer, con lo que completó una vida completamente entregada a la institución verdiblanca y a la ciudad de León, Guanajuato.
“Era muy modesto, muy sencillo, muy introvertido, y por eso se sentía feliz en León, con todos sus compañeros”, remata Primo Quiroz. “Nunca ambicionó otra cosa que no fuera defender al Club León”.
*De acuerdo con información de Erik Francisco Lugo para The Rec Sport Soccer Statistics Foundation, "Conrado" Muñiz sí habría jugado por lo menos un encuentro amistoso como refuerzo de las Chivas de Guadalajara. Esto ocurrió durante la gira por México del Independiente de Avellaneda, exactamente el cinco de febrero de 1948, cuando las Chivas se enfrentaron al equipo argentino en la Ciudad de México, y "Conrado" los reforzó. Esto ocurrió seis meses antes de que pronunciara su mítica frase.