Víctor Dávila, atacante total

El campeón del fútbol mexicano se toma muy en serio su futuro y aprovechando las circunstancias especiales que supone el Grupo Pachuca, se reforzará con la llegada de Víctor Dávila, que dio sus mejores minutos en la competición doméstica de la mano de su nuevo entrenador, Ignacio Ambriz, cuando ambos coincidieron en el Necaxa. Nacho se ha especializado en convertir extremos en mediapuntas todo terreno y se espera que lo haga de nuevo con el chileno.
Aspecto Físico
Víctor Dávila es un jugador menudo, delgado, cuyo aspecto físico denota su juventud. Su silueta anuncia que podría ganar masa muscular sin perder ápices de movilidad, pero parece claro que ya es el estado físico que le acompañará en su carrera. Eso sí, de su estancia en Pachuca a la que tuvo en Aguascalientes se hace innegable que ha ganado presencia.
Una de sus principales armas es la velocidad. Efectivamente se trata de un jugador rápido, que tiene todavía la juventud de su lado. Si bien no se trata de uno de los más rápidos de la liga o alguien que rompa al espacio y deje a todos detrás, Dávila encuentra su fortaleza en su aceleración y zancada. Es decir, tarda muy poco en activar su velocidad punta, lo que unido a su amplio compás le permite salir rápidamente de zonas pobladas y encontrar espacios amplios.
Respecto a su agilidad, es ágil y rápido para dar “pasitos” y girar sobre sí mismo, con lo que gana balones sueltos o rebotes llegando antes y controlando primero que su rival. Dicha agilidad le es muy útil en situaciones cerradas donde girar, jalar el balón o pisarlo es clave para regatear y seguir con la posesión. Tiene un problema cuando el balón se queda atorado en la disputa con un rival y se ve obligado a usar la fuerza. En situaciones trabadas, pierde el equilibrio y va al suelo mientras más cerca de sus pies es el control y la disputa.
Víctor además sabe utilizar el cuerpo para recuperar la pelota y conservarla. Es muy atento a las posibilidades de cazar un control lejano de un rival, acudiendo rápidamente y cubriendo la pelota con los pies, yendo al suelo de ser necesario para obtenerla. En conducción o recibiendo, suele atravesar el cuerpo para evitar la posibilidad de que el contrario haga contacto con la que no se mancha.
Aspecto Técnico
Quizá lo más destacable del chileno sea su capacidad en el golpe de balón. Su zurda es simplemente exquisita, capaz de golpeos secos y potentes a la vez que de colocar centros al área templados y precisos. Dicha variante para controlar la fuerza de golpeo y efecto en la trayectoria le convierte en un jugador amenazante cuando se acerca al área ya sea desde la frontal o uno de los costados.
Se trata además de un jugador con mucho regate. Pisa la pelota, la esconde, cambia de dirección la conducción. Le ayuda bastante la capacidad que tiene de girar con balón, para lo cual se ayuda de la cara externa de su zurda, lo cual aleja la redonda del alcance del marcador y le permite salir con ella más cerca de su piel hábil.
Sin embargo, ello no significa que sea zurdo cerrado. De hecho, su habilidad con al pierna diestra le ayuda mucho para ser una amenaza real. Con ella tiene dos movimientos claves, el control orientado y el disparo seco. Si la habilitación le llega de un costado, nunca perderá un tiempo en controlar o perfilarse porque puede utilizar perfectamente la derecha para mortiguar, controlar y orientar su posesión hacia la carrera o el disparo. Y llegado el caso, incluso disparar con ella.
Su capacidad para asociarse es alto, siendo preciso en los pases pero alcanzando una gran efectividad en el pase filtrado, donde se ha ido afinando y ganando visión. Utiliza ambas piernas para encontrar pases entre líneas al espacio, dados con la fuerza justa para quedar al alcance del compañero y no de la zaga rival. En los remates de cabeza, sin ser de salto potente, tiene una gran calidad para acomodar el cuerpo a la altura del centro y dar dirección con la cabeza, haciendo remates que terminan siendo potentes y certeros.
Aspecto Táctico
Pese a ser encasillado como extremo, el potencial de Dávila lo coloca como una especie de mediapunta o segundo delantero. En realidad, partir desde el costado le permite acercarse a su campo propio para arrancar desde atrás al contragolpe y hacerse fuerte con conducciones diagonales que generan desorden en el rival y espacios para disparar o asistir.
Por ello, el equipo que cuente con él en su once y quiera aprovechar su mejor versión debe proporcionarle una libertad de ataque para aparecer por cualquier de los tres carriles, lo que le permite aparecer para asentar al equipo cerca del área rival, para comandar un contragolpe o llegar a pisar área. De hecho, su capacidad para rematar llegando de segunda línea y convertirse en un delantero más le hace muy peligroso en situaciones de ataque posicional.
Como extremo puro ante defensas cerradas, Víctor se encuentra quizá ante el escenario que menos le favorece. Su fútbol le guía a intentar salir hacia adentro, para tener ángulo de disparo o encontrar un compañero situado en posición de disparo frontal. Se le da mejor lo segundo, ya que si bien su efectividad disparando completamente de frente es alta, con el cuerpo oblicuo en relación a la portería no lo es.
Dávila en el León de Ignacio Ambriz
Siendo directos, el chileno está para ocupar directamente la posición de segundo delantero, en el lugar que asumía Sosa y ocasionalmente Campbell, Meneses e incluso Montes. El esquema de Ambriz ganaría un conductor de contraataques verticales que pudiera mejorarlos inmediatamente, algo de lo que el equipo carece desde hace tiempo y que le ha quitado colmillo con espacios.
Aunque es cierto que la presencia de Montes le alejaría de acercarse a recibir detrás de la divisoria, su capacidad de pisar área le convierte en un hombre ideal para cargar el área tras posesiones largas o de efectuar un disparo de media distancia fuera del área. Ubicarlo como mediapunta tendría la ventaja de no tener que mover a Mena, de tener a Meneses/Ramírez para la banda izquierda y a Montes en el doble cinco.