Veámonos en el espejo rayado
Este sábado, luego de que los Rayados del Monterrey, un equipo valuado en 85 millones de euros, perdiera como local frente al modesto San Luis, que tendría un valor de 31 millones de euros (es decir, casi la tercera parte del valor de su imponente rival), los aficionados despidieron a su técnico, Javier Aguirre, con un cruel cántico: “Ya se va, ya se va, el 'Vasco' ya se va”.
Además de un presagio, esa fue solo la última de las acciones que realizó la afición rayada para mostrar su descontento por los resultados del equipo, pues antes ya habían hecho todo lo posible por que la directiva escuchará su decepción ante el técnico mejor pagado de todo México.
Motivados por declaraciones desastrosas como el mítico: “tenemos un plantel corto”, por el estilo de juego que no convencía y que no iba acorde a la millonaria plantilla de la que gozan, o simplemente por los malos resultados, los seguidores regios fueron escalando en sus protestas, hasta que las cosas se salieron de control tras la eliminación del equipo en la primera ronda del Mundial de Clubes.
En Abu Dhabi, un grupo de aficionados interceptó el camión del equipo y pidió que el 'Vasco' Aguirre bajará a dar la cara por la eliminación, aunque el entrenador nunca bajó del autobús. Tras volver a México, las protestas continuaron, las mantas de protesta y ataques contra el técnico y los jugadores se volvieron algo cotidiano en El Barrial, y a la salida de los entrenamientos, los aficionados que comúnmente se reunían a pedir autógrafos, ahora exigían explicaciones por el mal paso del equipo.
Rodolfo Pizarro intentó dialogar con ellos, pero pusieron huevos a su camioneta en señal de la falta de entrega que ven de su parte en la cancha, acción que quedó inmortalizada en una fotografía que evidencia la situación de todo el equipo.
Colocaron huevos a la camioneta de Rodolfo Pizarro.
— San Cadilla El Norte (@SancadillaNorte) February 21, 2022
Foto: @alexgarzalva9 / @CANCHAELNORTE pic.twitter.com/zDJhWbydhE
Así, con la plantilla más cara del país en el antepenúltimo puesto de la tabla general, y con una dolorosa derrota ante San Luis en casa, terminó el calvario de Javier Aguirre en Monterrey, y ahora los Rayados enfrentarán a León con Hugo Castillo, ex auxiliar del 'Vasco', en el banquillo.
En Monterrey la situación escaló de sobremanera en algunas semanas, pero las protestas datan desde el torneo pasado, e incluso más allá, desde que la directiva mudó al equipo al estadio más moderno del país, pero también el más frío, y terminó por afectar la que era una de sus más preciadas ventajas: el apoyo de su hinchada.
Hoy, en León los focos no son rojos como en Monterrey, pero sí están amarillos. Pese a los buenos resultados, la afición ha comenzado a expresar descontento por el funcionamiento del equipo, su nula ambición y la traición al estilo de juego ultraofensivo que los había caracterizado.
A pesar de que el equipo marcha en posiciones de repechaje en casa, y de que avanzaron sin muchos aspavientos en los octavos de final de la Concachampions, los seguidores esmeraldas saben que esta plantilla da para mucho más, tanto así que a pesar de las victorias, los gritos de: “Fuera Holan” ya se escucharon en las gradas del Nou Camp.
El malestar incluso se ha reflejado en la taquilla y las entradas al Nou Camp. El precio de los boletos y el mal espectáculo ha sido los pretextos más recurrentes para justificar la ausencia de la afición en la tribuna.
Ahora, con el encuentro entre los dos equipos en puerta, quizás sería hora de que la directiva del Club León y su técnico se vean reflejados en el espejo de los Rayados, que escuchen a la afición, que la tomen en cuenta y que quiten el freno de mano para que la situación no escale como allá, ni se tenga que llegar a ese punto.
Veámonos en ese espejo y evitemos seguir ese camino, porque por lo pronto, el descontento ya está presente, y si no se ven mejoras, la cosa puede empeorar.