Una década de nuevas glorias

19 Nov, 2020
jesus martinez murguia
Club León

Si hoy nos fuéramos diez años atrás en el tiempo encontraríamos un León convulso, bipolar,  impredecible y misterioso.

En noviembre del 2010, el Club León daba por terminada una temporada radical, en la que José Luis Salgado y Sergio Orduña dejaron a la Fiera en el último lugar de la tabla, pero en la que Carlos de Oliveira 'Pintado' pudo levantar el barco y dejar al equipo a un gol de la clasificación.

Al final, el torneo terminó con un doloroso empate frente al Irapuato en la última jornada, y 'Pintado' se fue a Brasil y advirtió que buscaría jugadores para reforzar a la Fiera de cara a la próxima temporada, aunque ya nunca volvería de ese viaje, porque desde entonces ya comenzaban a circular los rumores de que los hermanos Batarse venderían al León.

En ese entorno de incertidumbre, los futbolistas no eran ingenuos y sabían que su futuro estaba en el aire. De hecho, en entrevista con Omar Oseguera para El Sol de León, un joven Ignacio González reconocía que no sabía si regresaría a León, ya que su carta era propiedad del Querétaro.

"Yo tengo seis meses más de préstamo, tengo opción de compra, yo pertenezco al Querétaro y a ver qué planes hay. A mí me gustaría quedarme, creo que me voy a quedar y con esa comezón todavía de sacar esto adelante, estamos en deuda con la afición y con este estadio", dijo entonces Nacho, que sin saberlo terminaba apenas el primer año de los once que pasaría en el Bajío.

Y finalmente, el 19 de noviembre de hace diez años, los hermanos Batarse publicaron en las redes sociales oficiales del club el comunicado que comenzó una nueva historia: Grupo Pachuca había concretado la compra de la franquicia esmeralda, y terminaría de tajo con la incertidumbre y las dudas que los verdiblancos arrastraban a lo largo de ocho largos años en la segunda división.

Entonces no sabíamos lo que nos esperaba, pero lo intuíamos. En medio de la renovación del plantel, de la destitución de Pintado para la llegada de Tita, de las críticas por los 'desechos' que llegaron desde Pachuca para reforzar al León; en medio de todo eso, los aficionados esmeraldas teníamos la corazonada de que vendrían tiempos mejores y que quizás esta vez, con esta administración, por fin podríamos regresar a primera.

No solo fue así, sino que desde entonces se sentaron las bases de las glorias que hoy seguimos presumiendo con orgullo: aquel bicampeonato increíble, la clasificación a la Libertadores, el triunfo en el Maracaná o el partido frente al Barcelona en el Camp Nou.

Todos estos logros se fundamentaron desde aquel 19 de noviembre del 2010, cuando Jesús Martínez Patiño firmó el contrato de compra del Club León y le dio las riendas del equipo a su hijo, quien con errores y equivocaciones, ha sabido llevar a la Fiera de nuevo a los primeros planos del balompié nacional.

Pero por más dorado que luzca el pasado, estaríamos equivocados si nos cegamos con ese brillo. Hoy, diez años después de la llegada de Pachuca a León, es el momento perfecto para comenzar un nuevo camino, dejar atrás los éxitos del pasado y enfocarnos en el porvenir.

Hoy, justo de cara a la liguilla, es la hora de comenzar una nueva década con el pie derecho, con el octavo campeonato de la historia esmeralda que servirá como cimiento para otros diez años de títulos y alegrías.

Ha llegado el momento de dejar atrás logros que ya tienen seis años de antigüedad, y empezar a forjar un nuevo legado en el presente, con nuevas metas más grandes y ambiciosas, con un nuevo estadio en puerta, con nuevos jugadores que reemplacen a los ídolos que deben decir adiós, pero con la misma afición de siempre, más entregada y fiel que nunca.

Que vengan la octava y la novena y la décima, que el Club León no deje nunca de crecer, y que los diez años que vienen sean la década de las nuevas glorias.

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