Si quieres la paz, prepara la guerra

27 Oct, 2020
club leon 2020
Club León

El Club León se ha asegurado el liderato de la Liga MX y con ello, no solamente la difusa ventaja de cerrar en casa las series de eliminación directa, sino también evitarse los incómodos repechajes que aquellos que califiquen fuera del top 4 de la liga deberán enfrentar. Sin embargo, con ello vendrá también una situación especial que si no se aborda correctamente, puede convertirse en un problema.

Y es que el periodista Eduardo Torres ha comentado en Twitter la gran cantidad de días que los equipos que califiquen “directamente” a cuartos de final pasaran sin actividad oficial. Veinte días en el caso de los regios, poco más de dos semanas en el caso de La Fiera. El fenómeno, que en principio supone una ventaja sobre los equipos que vengan con el desgaste de un duelo de eliminación directa a cuestas, no puede ignorarse.

Partiendo de que dichos días son valiosos para llegar con frescura a la hora de la verdad del torneo, la posibilidad de que se rompa el ritmo competitivo es una realidad completamente contraria a suponer un beneficio. Desde detalles como que el plantel se relaje y ceda a malos hábitos alimenticios, de sueño o físicos hasta volver a tener que arrancar el motor cuando se vuelva a pisar una cancha para jugar a muerte por el título.

El “Estado de Gracia” es difícil de conseguir en el fútbol. Esa combinación de un esquema táctico que potencia a los jugadores y a la vez se ejecuta perfectamente por el estado de forma físico y acierto técnico-táctico, donde todos parecen encajar y todo sale bien, se puede romper en el momento menos esperado. Le pasó a un FC Barcelona que jugando excelso al principio de la 15-16, no pudo encontrarse tras regresar de una lesión el mismísimo Messi.

Por otro lado, la solución no es tampoco llenar las poco más de dos semanas con partidos cada tres días. Aumentaría el riesgo de lesiones sin sentido. ¿Entonces, cuál podría ser la solución? Hay un precedente muy interesante. A una semana de la final entre Liverpool FC y Tottenham Hotspur FC por la Champions League 2019, Klopp acordó un amistoso contra el equipo B del Benfica portugués, donde los lusos imitaron el juego de los londinenses. Quienes vieron el encuentro, dicen que incluso el primer gol de los tres que harían los porteños fue idéntico a la jugada del 1-0 en la final europea.

Así que a los de Nacho Ambriz quizá les viniera bien un partido a mitad de las dos semanas, de noventa minutos, contra un rival joven y voluntarioso que pueda imitar a un rival específico pensando en una hipotética final o que recree el estilo de juego que más se le complique resolver a los esmeraldas. Pienso que así sería el escenario ideal para aprovechar y convertir en ventaja la pausa de inactividad.

Un sólo partido permitiría prepararlo como si fuera un encuentro oficial más, situado a la mitad de los quince días, daría una semana de concentración habitual y la siguiente enfocada en el rival de la liguilla. El rival podría ser un juvenil de la casa o un equipo dispuesto de ligas inferiores. Podría pedirse que imite a Tigres de la UANL, el más probable a encontrarse en la final (aunque el más difícil de copiar en cuanto a juego) o que juegue a tener líneas muy juntas, cerrar espacios y salir en velocidad a la contra, modelo de juego que más se le atraganta al cuadro leonés.

Todo estos son conjeturas de aficionados, pero hay algo innegable. Llegó la hora de que el verdiblanco asuma su responsabilidad como firme candidato al título y planee su estrategia para salir campeón. Ya lo decían los romanos: si quieres la paz, prepara la guerra. Si quieres la paz de la octava, prepara la guerra de la liguilla.

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