Santiago Colombatto: Una apuesta de nivel
Si algún comportamiento ha sido notable en la dirección que Ignacio Ambriz ha realizado con el Club León sobre el campo, este ha sido el del jugador que ocupa el rol de mediocentro (o contención). Ha sido, además, sintomático tanto de la valentía de la propuesta de juego del campeón como de la madurez de su entrenador a la hora de afrontar la liguilla definitiva.
A medida que Nacho iba moldeando un cuadro que apostaba por la posesión inteligente del balón y una innegable vocación ofensiva, por la posición y el rol del “5” fueron pasando jugadores de corte netamente creativo: Montes, Navarro e incluso Meneses, con la misión de aportar una creatividad, limpieza y certeza en la salida de balón que incluso derivó en mecanismos bien definidos y efectivos.
Luego, Pedro Aquino finalmente fue acercándose al nivel superlativo que se le suponía, sumando solidez a un equipo que la necesitaba para entrar en su fase más completa y dominadora. No sólo eso, sino que incluso en los últimos partidos de la liguilla que desembocó en la octava, Ambriz apostó por el doble cinco de Aquino e Iván Rodríguez, que brindó cobertura y despliegue en la recuperación y pese a funcionar, no terminó siendo clave en el título.
La razón de ello es que ya desde la fase regular, la presencia de Pedro supuso un problema que la adición del 'Jefecito' agravó: el equipo se quedo sin organizador. Con Montes esperando a recibir detrás de la primera línea defensiva rival y Navarro situado definitivamente como mediapunta en ataque posicional (más la ausencia de Yairo), el equipo se quedo sin quién sortear la presión rival o descifrar el primer pase, llegando a la situación de que los centrales intentaban cadenas cortas de pases para saltar a Aquino en busca de un jugador libre en banda o espacios intermedios.
Es dicho panorama el que explica la llegada de Santiago Colombatto (23 años, 1,79 m) como una apuesta que, de funcionar, no sólo resolvería el problema, sino que además potenciaría al equipo haciéndolo subir más en su nivel de juego. El centrocampista argentino es un cinco natural, pero en su versión moderna, que aúna la capacidad defensiva con la calidad de aportar al juego con el balón en los pies.
Más allá de su capacidad defensiva, basada por ahora más en chocar con el cuerpo y atravesarse en la conducción rival que en la posición, su compromiso en la recuperación permite suponer que no será una debilidad sin balón, dejando que sea su aporte con la redonda el que hable mejor de él. Santiago suma dos cualidades, la primera es la capacidad para generarse espacio limpio para pensar el pase, la segunda es su calidad y visión en el pase al compañero alejado.
Santiago tiene la habilidad de regatear tras recepción y recuperación con uno o dos rivales encima, utilizando sus dos piernas para hacer pequeños desplazamientos de balón entre ambas y salir de la marca rival. Tras logra regatear a uno o incluso dos adversarios, su siguiente movimiento es levantar la cabeza y ubicar la mejor opción de juego.
Y aquí entran su gran visión de juego y certeza de pase, ya sea encontrando en largo al extremo contrario, o con pases rasos verticales al compañero tras la presión o incluso a un delantero centro, sus pases convierten una jugada incipiente en contragolpes peligrosos que pueden tomar desorganizado al rival. De hecho, su calidad con el pase largo es tan buena, que suele ser el cobrador designado en los saques de esquina y tiros libres que pueden ser colgados al área para buscar rematadores de cabeza. Tiene un entendimiento del juego muy directo, que habrá que ver si se matiza o supone una variante en el juego esmeralda.
Si Colombatto puede adaptar sus cualidades al nivel de la Liga MX y se consolida en lo que promete, Ambriz tendrá garantizada la salida de balón con y sin presión rival, en corto o en largo, pero sin perder capacidad defensiva ante los ataques rivales. Y más aún, sin perder peso ofensivo, porque al acercarse a tres cuartos, el salido del River Plate no se ahoga, sino que suelta pases filtrados al pie del delantero o a la espalda de la defensa.
