Que nunca muera la esperanza

12 Dec, 2024
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Club León | Esperance Sportive

La semana pasada se anunciaron oficialmente los grupos del nuevo Mundial de Clubes, por lo que el Club León por fin conoció a los que serán sus rivales en la justa internacional.

De entrada, la noticia que más se viralizó fue que los verdes enfrentarán al Chelsea inglés, actual segundo clasificado de la Premier League y uno de los mejores equipos del mundo, por lo que la emoción resulta comprensible.

Tras esto, el segundo rival de mayor jerarquía en el Grupo D es sin dudas el Flamengo de Río de Janeiro, el equipo más popular de Brasil y uno de los más grandes del continente, siete veces campeón brasilero, tres veces campeón de Libertadores, una vez campeón intercontinental y cuna de leyendas como Zico o un viejo conocido esmeralda, un tal Milton Queiroz “Tita”.

Por último, y fuera de los reflectores, quedó el Esperance Sportive de Túnez, el que será el tercer contrincante esmeralda en el Mundial, y que es sin duda el más lejano y desconocido para la afición leonesa, por lo que muchos aficionados lo colocaron como el rival más accesible del grupo.

Y aunque es verdad que carece del peso mediático del Chelsea o el Flamengo, el Esperance no se queda atrás en pasión y tradición ganadora, y seguramente sabrá representar a Túnez y al continente africano como uno de sus equipos más exitosos.

Pero antes de profundizar en el Esperance, podemos apelar a la historia de su país de origen para entender el contexto del equipo.

Túnez es un país árabe del norte de África, de la zona conocida como el Magreb, y que se encuentra flanqueado por dos gigantes como Argelia y Libia. Se ubica sobre la costa del Mediterráneo, al sur de la isla italiana de Cerdeña y al suroeste de Sicilia.

En el pasado remoto, lo que hoy es Túnez fue el hogar del Imperio Cartaginés, que puso contra las cuerdas a la propia Roma luego de que Aníbal el Grande cruzara los Alpes con su ejército de elefantes para asolar a la República en su propia tierra, gesta que sin embargo acabó con la derrota de los africanos en las Guerras Púnicas.

Tras esto, el territorio tunecino acogió a la tribu germánica de los Vándalos, que ahora sí lograría saquear Roma en el 455 d.c., y de la que proviene el vocablo “vandalismo”, que la Real Academia Española de la Lengua define como “espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna”.

Durante la Edad Media, Túnez fue conquistada por los árabes musulmanes y posteriormente caería bajo control del Imperio Otomano, a la par de que sus costas se convirtieron en el hogar de piratas y corsarios bereberes que asolaron a los navíos del Imperio Español y de las ciudades-estado italianas.

Así las cosas, para finales del Siglo XIX, y ante la decadencia de los otomanos, el país apuntaba a su independencia, pero en ese momento sufrió el colonialismo europeo y se convirtió en un protectorado francés en 1881.

Es esta última etapa la que define al país actual, y sobre la que se fundó en 1919 un club de futbol musulmán y tunecino en el Café de l'Espérance, en el barrio popular de Bab Souika, en el corazón de la ciudad de Túnez. Este equipo tomó el nombre de ese café, y así surgió el Esperance Sportive de Túnez, mismo que desde su creación enarboló un sentimiento nacionalista e independentista que es hoy el orgullo de su fanaticada.

El Esperance tardaría en ganar su primer título nacional más de veinte años, hasta 1942, pero junto al equipo crecería el orgullo nacional a través del futbol. Tras la independencia de Túnez lograda en 1956, los aficionados presumen que el padre de la nación, Habib Burguiba, era seguidor del Esperance.

Así, creciendo en medio de este espíritu combativo, anticolonialista y orgullosamente árabe, el Esperance se convirtió en el equipo más ganador de su país y uno de los más poderosos del continente, siendo el cuarto equipo que más veces ha ganado la Liga de Campeones de África con cuatro títulos, los últimos dos obtenidos de manera consecutiva en 2018 y 2019.

Esto le hace acreedor a una ferviente fanaticada que suele atiborrar el Estadio Olímpico El Menzah, con capacidad para 39 mil aficionados, y que acoge también a su eterno rival y con el que protagoniza el Derby de Túnez, el Club Africain; juegos en los que las bengalas y pirotecnia suelen adornar las gradas.

Este será el equipo al que se enfrentará el Club León el jueves 20 de junio del 2025 en el Geodis Park de Nashville, Tennessee, dentro de la segunda fecha del Mundial de Clubes.

Pero más allá del duelo deportivo, el encuentro entre mexicanos y magrebíes sirve para conectar dos culturas prácticamente desconocidas entre sí, ambas con un pasado glorioso de imperios nativos que dominaron su región hasta caer víctimas del colonialismo extranjero, y que hoy luchan por encontrar su identidad nacional a sangre y fuego.

Así que lejos de rivalidades, quizás hallemos en el más lejano de nuestros adversarios una hermandad entre América Latina y África, dos regiones azotadas por el sufrimiento y el dolor que comparten un ideal común: que la Esperance nunca morirá.

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