¿Pues qué refuerzos esperaban?
Exactamente tres semanas antes de que comience el Clausura 2020, el Club León ha presentado ya a sus primeros dos refuerzos, el central colombiano Stiven Barreiro y el portero méxico-argentino Sebastián Fassi.
Ellos han sido los elegidos para reforzar a un plantel que ya se veía completo, y que solo debía fortalecer posiciones puntuales para dar el salto de calidad que le permitiera conseguir un título.
Sin embargo, buena parte de la afición esmeralda se ha lanzado directamente a la yugular de ambos fichajes y de la directiva, debido al bajo perfil de las contrataciones y a que esperaban algo más.
Y es que en las últimas semanas entre los aficionados comenzaron a circular nombres como los de Camilo Sanvezzo o Lucas Zelarayán, no como rumores, sino como deseos, y comparado a esas altas expectativas, Barreiro y Fassi se quedan muy atrás.
¿Pero por qué generamos en primer lugar estas expectativas? ¿Qué nos llevó a pensar que la directiva esmeralda estaría dispuesta a invertir en tales futbolistas?
La realidad es que a lo largo de los ocho años que Grupo Pachuca ha estado al frente del Club León nunca se han distinguido por gastar grandes cantidades de dinero en traspasos millonarios y mediáticos.
De hecho, lo que ha caracterizado al Grupo Pachuca es exactamente lo contrario. Inversiones inteligentes en jugadores de bajo perfil, apostar por canteranos y darle una segunda oportunidad a elementos que no atraviesan por su mejor momento.
Tomemos como ejemplo al plantel actual. Las grandes figuras del equipo, como Ángel Mena, Joel Campbell o el recién salido José Juan Macías, todos llegaron gratis: Mena tras rescindir su contrato en Cruz Azul; y Campbell y Macías a préstamo.
Otros, como Ismael Sosa o Rodolfo Cota ya eran parte del Grupo Pachuca cuando llegaron a León, mientras que otros más llegaron prácticamente como unos desconocidos y fue en el Bajío donde demostraron su valía, como Yairo Moreno o Jean Meneses.
Y si nos vamos más atrás las cosas no eran muy diferentes. El plantel del ascenso y el bicampeonato estaba basado en los jugadores que provenían de la cantera tuza, y por poner un ejemplo, Rafael Márquez, el gran baluarte de esos títulos, también llegó libre, y en todo este tiempo las grandes inversiones, con diferentes resultados, han sido por Mauro Boselli, Maxi Moralez y Alex Mejía.
Ahora, si a este historial de inversiones modestas le sumamos el hecho de que las obras del nuevo estadio deberían estar a punto de comenzar, la austeridad no debería de sonar extraña, sino más bien obvia.
De cualquier modo, con préstamos o jugadores libres, Jesús Martínez Murguía se ha visto capaz de formar equipos competitivos y que luchen por el campeonato, o al menos así lo fue el año pasado, cuando se quedaron en la puerta del título.
Así que la esperanza no debe perderse. De acuerdo a las palabras de Rodrigo Fernández, faltan por venir un lateral derecho, un contención y un delantero, por lo que hay margen para especular con nombres interesantes que puedan ayudar al equipo a luchar por los dos títulos que pelearán en el próximo semestre.