'Osvi' llegó para quedarse

03 Apr, 2021
osvaldo rodriguez leon
El Universal

El Clausura 2019 es recordado por la afición esmeralda como aquel torneo donde el León rompió una cantidad absurda de récords y volvió a las primeras planas. Además, para todos los jugadores del plantel, esa campaña sin duda alguna representa uno de los puntos más altos en sus carreras, o bueno, para casi todos.

Todavía no concluían los primeros 45 del partido inaugural del 2019 para la Fiera, cuando mientras disputaba el balón en su amada banda izquierda, Osvaldo Rodríguez cayó al piso tomándose la rodilla entre gritos de dolor. Además, por si no fuera suficiente la molestia física, en esos momentos es cuando salen a relucir los más grandes temores de un futbolista, cuyo trabajo, futuro y sueños dependen del siempre falible cuerpo humano.

Poco tiempo después se confirmó lo que todos temían: el lateral zurdo sufrió una rotura de los ligamentos de la rodilla, una lesión temible con tantos desafortunados jugadores en su haber. Sin embargo, 34 partidos después, el Osvi regresó para darnos una increíble lección.

La historia

Sin duda alguna, la resiliencia es el valor que define la carrera de este defensor; siempre ha remado contra corriente. Llegó al conjunto del bajío procedente del Pachuca en verano del 2016 con apenas 19 años. Todavía no cumplía su segundo mes en el club cuando cesaron a Luis Fernando Tena por malos resultados y presuntos problemas en el vestidor, evidenciando la complejidad del momento en el que el Osvi arribó al club.

En las siguientes temporadas, los severos altibajos del equipo y la llegada de otros tres técnicos más entrecortaron su proceso formativo. Además, el solo hecho de provenir del cuadro hidalguense le hizo ganarse cuestionamientos, debido a la mala percepción existente acerca de los movimientos entre ambos clubes del Grupo Pachuca. Esto provocó que no tuviera el arropamiento natural de la afición hacia los juveniles, pese a su corta edad. Por si fuera poco, los problemas musculares se volvieron una constante, resultando en el surgimiento de diversas críticas.

Con la salida del lateral chileno Juan Cornejo y la ratificación de Nacho Ambriz como técnico del León, parecía que el 2019 sería el año de consolidación para el defensa potosino, pero, como ya lo sabemos, el destino le tenía preparado un obstáculo más.

El regreso

Tuvieron que pasar 9 meses para que Osvaldo Rodríguez volviera a las canchas. Sin embargo, como ya parece costumbre, su regreso le traería nuevos retos:

A raíz de su ausencia, Ambriz probó a William Tesillo en la lateral izquierda durante la totalidad del Clausura 2019. El colombiano cumplió con la tarea de forma superlativa, ganándose así un lugar en la selección cafetera en dicha posición. En el siguiente torneo, ya con Tesillo de vuelta en la central, el técnico tomó la audaz decisión de completar su línea de 4 con Yairo Moreno, que en su momento desconocía por completo jugar como defensor. El éxito de este experimento fue de tal grado que Yairo comenzó a llamarle la atención a distintos clubes europeos.

Por lo tanto, cuando el Osvi finalmente estuvo disponible para Ambriz, este ya tenía dos opciones de primer nivel por delante. Sin embargo, gracias a su envidiable perseverancia, poco a poco se ha vuelto un habitual en el once del técnico. Además, en lo físico regresó más fuerte que nunca, ya que, salvo una repentina operación por apendicitis, ya no hay rastro de aquellos incidentes que atentaban contra su continuidad. 

Esto se refleja en el hecho de que, desde su “segundo debut”, en cada torneo ha cosechado una mayor cantidad de minutos que en el anterior, hasta llegar al punto de volverse titular y dejar en la banca a uno de los jugadores más cotizados del mercado mexicano, como lo es Yairo Moreno:


Gran parte de este fenómeno se debe a su capacidad de sacarle el máximo provecho posible a las oportunidades recibidas. Tan solo en su primera titularidad tras la lesión, el Osvi destacó estadísticamente al ser el jugador con más robos de balón (5), completar 2 regates y registrar una increíble efectividad en duelos terrestres, al ganar 9 de 11. En los partidos subsecuentes fue reconocido por la afición por despejar la pelota sobre la línea de gol en más de una ocasión y defender exitosamente contragolpes siendo el último hombre.

El presente

Sus estadísticas en el último año futbolístico lo colocan como uno de los mejores laterales de la liga. Así de sencillo.

En particular, sus números en el aspecto defensivo son impresionantes. Con 2.7 robos y 2.0 intercepciones cada 90 minutos, Osvaldo es uno de los defensas que más recupera el balón de toda la liga. Además, su efectividad del 72% en mano a manos defensivos no solo es superior a la de Yairo, sino también a la de Tesillo. Increíblemente, su contribución a la defensa del área, indicada por despejes y tiros bloqueados, es casi equiparable con la de los centrales.

Adicionalmente, si bien no es un líder estadístico en aspectos ofensivos, su aporte es aceptable y lo compensa con una alta efectividad de pases, vital para mantener la posesión del balón en el esquema de Ambriz. Todo esto se ve reflejado en la siguiente gráfica de radar, que muestra qué tan buenas son sus estadísticas en distintos ámbitos, en comparación a las del resto de defensores de la liga con más de 600 minutos jugados en el año futbolístico.

Como se puede apreciar, las características de Osvaldo y Yairo son complementarias. Mientras que el mexicano es altamente competitivo en todos los aspectos defensivos, el colombiano solo se destaca en robos de balón. Sin embargo, en la faceta ofensiva, y en particular en el regate, Yairo es prácticamente el mejor de toda la liga. 

Lo que viene

El Osvi ha estado perfectamente a la altura del reto de ser el lateral izquierdo titular del actual campeón del fútbol mexicano. Con apenas 24 años, ya le ha tocado vivir algunos de los mayores obstáculos a los que se puede enfrentar un futbolista, y cada vez ha salido adelante y regresado más fuerte. Su resiliencia es digna de ser tomada como ejemplo y su historia es la muestra perfecta de cómo el camino al éxito nunca es lineal. Por todas estas razones, el impacto que tiene trasciende mucho más allá de las canchas, ya que encarna a la perfección que una verdadera Fiera no se rinde y siempre está preparada para lo que viene.

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