¿Nuestros canteranos no convencen?
Era el domingo ocho de marzo del 2020, apenas una semana antes de la llegada del coronavirus a México. El Club León estaba en la lona. Llegaba a su duelo contra los Bravos de Juárez solo 11 días después haber sido eliminado de la Concachampions por el LAFC, y además venía de una derrota ante Chivas.
Por si fuera poco, los dos centrodelanteros del primer equipo, Nico Sosa y Leo Ramos, eran baja, por lo que se pensó que Ignacio Ambriz le daría la punta del ataque a Joel Campbell o Ismael Sosa, jugadores que ya habían ocupado esa posición en algún momento de sus carreras.
Pero no fue así. En vez de eso, el entonces entrenador de la Fiera optó por debutar a un chico de las fuerzas básicas, un atacante feroz y corpulento de apenas 20 años de edad. ¿Su nombre? Armando León.
El juvenil debutó de la mejor manera posible: anotando su primer gol en la primera división, lo que le ganó la titularidad ocho días después ante Pumas, donde se iría en blanco, pero que lo confirmaba como un elemento a tomar en cuenta para el primer equipo.
Entonces llegó la pandemia, el torneo se canceló y el crecimiento que prometía Armando León se vio cortado de pronto. Porque para cuando se reanudó el futbol mexicano en el Apertura 2020, Armando ya no era novedad, y por si fuera poco, una rotura de ligamentos lo marginó por un año.
Así, después de su mágico debut y el partido ante Pumas, el delantero sumó apenas 137 minutos repartidos entre seis juegos de Liga MX, en los que la mayoría de las veces entró en la recta final, con ya solo un par de minutos por disputarse.
Pero si el caso de Armando León es preocupante, lo es aún más el de Iván Hernández. Este canterano tuzo que llegó a la Fiera en el verano del 2020, tomó la batuta de la ofensiva del Club León sub-20 tras la lesión de Armando, y logró el campeonato de goleo sub-20 en el Apertura 2020, con 13 goles anotados.
Pero esto no parece haber sido suficiente, porque Iván aún no ha podido debutar en primera división.
¿Qué es lo que pasa? Desde la aparición de estos dos interesantes delanteros, dos técnicos han pasado por el banquillo del Club León, Ignacio Ambriz y Ariel Holan, y ninguno apostó por ellos. Incluso Christian Martínez, que es probablemente quien mejor los conoce en la institución, estuvo como interino dos partidos; y tampoco les dio una oportunidad.
Así, incapaces de convencer a sus entrenadores, ambos continúan en el ostracismo, hundidos en las categorías inferiores del Club León, en busca de una oportunidad que cada vez parece más lejana.
Han pasado ya dos años desde el gol de Armando León a Juárez, y del campeonato de goleo de Iván Hernández, y en vez de crecer, parece que ambos se han estancado.
Esto lo demuestra el último refuerzo del equipo. En vez apostar por el crecimiento y la consolidación de sus chicos, la directiva esmeralda prefirió contratar a Alfonso Alvarado, 'El Plátano', un joven de 22 años que fue campeón de goleo sub-17 y sub-20 en el Monterrey, y que competirá por el puesto de centrodelantero de la Fiera.
La intención es clara: León espera encontrar en el 'Plátano' al nuevo José Juan Macías, un joven de calidad pero infravalorado que pueda consolidarse vistiendo de verde y blanco. Eso sí, a costa de sus propios canteranos.
¿Entonces qué es lo que sucede? ¿Por qué a pesar del discurso de la apuesta por los jóvenes y la inversión en La Esmeralda, el León persiste en bloquear a su propia cantera?
En este punto, son ya dos entrenadores oficiales y un interino los que han evitado alinear a Armando León y a Iván Hernández. Y el mensaje de la contratación de Alvarado es claro: para la directiva esmeralda, sus canteranos no están listos para servir como tercera opción para la delantera del primer equipo.
Todo esto nos hace pensar que quizás los equivocados fuimos nosotros, los que pedimos oportunidades para los jóvenes. Quizás los aficionados nos dejamos cegar por el gol en el debut de Armando León y por el campeonato de goleo de Iván Hernández. Quizás esos logros no eran para tanto y los elevamos a una altura que aún no habían alcanzado. Quizás nos precipitamos al exigir más minutos para ellos y menos para Nico Sosa, Leo Ramos o Santi Ormeño, o quien sea que haya sido el delantero disfuncional de turno.
Quizás los tres entrenadores y la directiva, que los ven en el día a día y en cada entrenamiento, simplemente hayan concluido que no tienen la calidad suficiente para disputar un lugar en el primer equipo del Club León. Y por triste que parezca, no podemos obviar el hecho de que quizás tengan razón.