Nacho González: el talismán de la octava

13 Nov, 2020
nacho gonzalez club leon
Liga MX

El 26 de mayo del 2019 es una fecha funesta para los aficionados del Club León. Aquel día, los fanáticos verdiblancos tuvimos que soportar el derrumbe de una temporada casi perfecta, pues caímos en la final frente a los Tigres.

Ese equipo, el de las doce victorias, nos devolvió la fe y la esperanza. Era un cuadro completo y espectacular, con variantes y con líderes consolidados. Tenía calidad, talento, capacidad y temple. Pero le faltaba una cosa; una última pieza que hubiera servido para darles vida y seguramente conseguir el campeonato: no tenía corazón.

Porque Ignacio González Ibarra era (y es todavía) el órgano vital del equipo, pero se había destrozado las dos rodillas y no pudo estar presente en el césped del Nou Camp aquella funesta noche, cuando el equipo invencible por fin fue derrotado.

Seguramente si Nacho hubiera estado en el banquillo de la Fiera, las cosas hubieran sido diferentes. Quizás Ambriz hubiera notado que lo que hacía falta no era magia ni virtuosismo, sino empuje y sangre, y lo hubiera mandado al campo. Quizás se hubiera metido al área en el último minuto de juego, y quizás hubiera anotado el gol del empate en el descuento, el que hubiera cambiado la historia, y con el que pudimos habernos convertido en campeones.

Quizás hubiera repetido lo mismo que hizo en tres finales históricas, la del ascenso y las dos del bicampeonato, cuando se elevó por los aires para revivir al Club León y darle tres títulos inmemorables.

Pero no fue así, porque las dos rodillas se le reventaron, y lo separaron de la gloria a la que parecía destinado. No estaba en el banquillo ese día, sus arengas y su experiencia no estuvieron en el campo de juego, y el 'Corazón de León' no pudo rugir con un nuevo campeonato.

Hoy, Ignacio González ha anunciado que al finalizar la liguilla del Guard1anes 2020, terminará su carrera como futbolista profesional. Si todo sale bien, le quedan seis últimos juegos en los que el Club León buscará una nueva final y el campeonato.

Y ahora la Fiera ya está completa. Su corazón late desde el banquillo en espera de una oportunidad para demostrar que aún no está acabado. Ahora el León sí contará con el tipo que mejor representa el verde y blanco, y el que pone la fuerza y el orgullo cuando el talento ya no es suficiente.

Esta será su última oportunidad para completar su destino y retirarse con la copa levantada sobre su cabeza. Quizás vuelva a ser el héroe que le devuelva la gloria a toda la hinchada esmeralda. Quizás sea el final del cuento de hadas que todos esperamos. Quizás vuelva a rematar una pelota en el último minuto para devolvernos el alma al cuerpo. Quizás Nacho González sea el talismán que nos faltaba para conquistar el campeonato.

Ojalá que así sea...

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