Lucas Di Yorio y los buenos augurios
Para nadie es un secreto que el futbol es un deporte de cábalas. Lo sabemos por Hugo Sánchez, que se negaba a disparar a puerta en los entrenamientos “para no gastarse los goles”, y por Ricardo La Volpe, con sus corbatas de dragones y sus alineaciones dictadas por las estrellas y el Feng Shui. Incluso en León lo vivimos de primera mano cuando en la final del Clausura 2014 Gustavo Matosas regó con sal la cancha del estadio Hidalgo de Pachuca antes de consagrarse bicampeón.
El futbol y las supersticiones son algo cotidiano, normalizado y habitual; así que no es de sorprender que el fichaje de un futbolista provoque una certeza inexplicable, una suerte de augurio.
Esta semana, luego de haberse especulado la llegada de hasta cinco delanteros al Club León, se confirmó que el elegido para encabezar la ofensiva esmeralda sería el argentino Lucas Di Yorio.
Con 25 años cumplidos y con pasos exitosos por la Serie B de Ecuador, la primera división de Uruguay y la liga chilena, Di Yorio aterriza en el que será el reto más importante de su carrera hasta ahora: el Club León de México.
De entrada, sus estadísticas son buenas, pero no espectaculares, y al llegar de un equipo propiedad de Grupo Pachuca, pareciera que fue la última opción tras fracasar las negociaciones por los otros cuatro delanteros. Y aun así, un extraño sentimiento de optimismo envuelve su llegada al Bajío.
No es hasta que se revisa su biografía cuando aparece el detalle que lo cambia todo: Lucas Di Yorio, de ascendencia italiana, nacido el 22 de noviembre de 1996 en la ciudad balneario de Mar del Plata, en la República Argentina.
Lo que pasa es que Lucas Di Yorio no será el primer atacante marplatense de ascendencia italiana que se vista la casaca esmeralda, porque hace 78 años, en el verano de 1944, otro futbolista nacido en esa misma ciudad y con antepasados de Italia aterrizó en León para el debut del equipo en la Liga Mayor de Fútbol. ¿Su nombre? Marcos Aurelio Di Paulo, posiblemente el mejor futbolista del Club León en toda su historia.
El detalle lo señaló el periodista Juan Miguel Álvarez en su nota para el diario La Capital de Mar del Plata, donde apuntó que Di Yorio seguirá los pasos de su compatriota, pero casi ochenta años después.
En realidad no hay otra conexión entre Lucas Di Yorio y Marcos Aurelio. A ambos los separan décadas, y ni siquiera juegan la misma posición, pues aunque era goleador (el tercer máximo goleador de la historia del Club León con 108 goles, según la RSSSF), Marcos Aurelio no era delantero, sino volante creativo.
Sin embargo, la coincidencia de que un atacante de Mar del Plata llegue a reforzar nuevamente al Club León es suficiente para despertar un augurio de buena fe sobre la figura del refuerzo verdiblanco.
Porque luego de varios fichajes de delanteros que no cumplieron con las expectativas, la llegada de un nuevo atacante siempre levanta esperanzas, y en este caso en particular, hay una corazonada que le da un halo extra de fortuna.
Esperemos que la superstición funcione, que los augurios se cumplan y que Lucas Di Yorio logre emular la leyenda que Marcos Aurelio forjó en León; y quizás, si los astros se alinean y si no se gasta los goles en los entrenamientos, pueda ser él quien nos lleve a una nueva final del futbol mexicano, en la que podremos volver a regar con sal el campo desafortunado del rival.