Las cartas a mi ex
A José Juan Macías:
Sé que me quieres hacer daño, tal vez ese siempre fue tu objetivo. La nuestra fue una historia demasiado tóxica, lo sé, pero no puedo negar que te quise mucho. Los primeros meses fueron idílicos, me hiciste tan feliz, y me ilusionaste. Éramos el uno para el otro, y no pudimos encontrarnos en mejor momento.
Juntos llegamos muy lejos, nos pavoneábamos en las mejores fiestas, y éramos la envidia de la sociedad. 'Míralos', decían, 'ahí van de la mano otra vez, los engreídos'. Y sí fuimos engreídos, porque sabíamos que lo nuestro no lo tenía nadie más.
¿Recuerdas nuestros bailes? ¿Recuerdas cómo sorprendíamos a todos con nuestros pasos? ¿Recuerdas cómo nos veían en el centro de la pista? ¿Recuerdas nuestros besos? Yo lo recuerdo, aunque me duele. Aquellas doce veladas en las que fuimos los mejores bailarines.
Pero llegó el gran baile de mayo, el más importante de todos, y tú me abandonaste. Te pedí que no te fueras, que te quedaras conmigo, que juntos volveríamos a deslumbrar. Pero me dijiste que tenías un compromiso más importante y que no podías faltar. Al final te fuiste y yo hice el ridículo aquella noche maldita que ya no quiero rememorar.
Desde entonces vi las primeras señales de alerta. Supe que ya nada iba a ser igual, pero decidí esforzarme por la relación y no dejar que muriera tan fácilmente.
Pero fue difícil. Ya no éramos dos engreídos, porque ahora lo eras solo tú. Les decías a nuestros amigos en común que buscabas algo mejor, que querías emigrar, que añorabas una nueva relación en otro continente, como si yo no hubiera sido suficiente. Y no dije nada, porque pensé que apreciarías nuestros momentos juntos, nuestros cariños, nuestros bailes...
Pero me engañe. Lo sé hoy, pero no lo sabía entonces. Los últimos meses ya fueron malos, y nos despedimos antes de lo que pensábamos. Todavía te rogué, hice un esfuerzo económico enorme para ofrecerte un futuro a mi lado. Pero me desairaste, y para herirme todavía más, te fuiste con tu ex, la que te había despreciado en un principio, y de la que habías escapado en busca de mis brazos reconfortantes.
Y nos volvimos a encontrar en los bailes, y besaste a la otra enfrente de mí. Volviste a hacerme daño, y lo aguanté, porque no me gustan las escenas, pero no lo olvidé; ya sabes que yo nunca olvido.
A pesar de todo, no te ha ido bien con ella. Lo sabes. No eres el mismo desde que me dijiste adiós. Y me alegra, no lo voy a negar. Celebro que las cosas no te salgan como esperabas, y que aún no hayas encontrado esa nueva relación en otro continente que tanto ansías.
Ahora nos encontramos de nuevo, en otro baile, pero yo ya te he superado. Me he empoderado sin ti, y sé que ahora soy una mejor persona. Sé que quieres volver a hacerme daño, y quizás lo hagas, pero en realidad no importa, porque ya he encontrado nuevas parejas de baile, más alegres y menos tóxicas, que sé que me llevarán a superarte.
No te deseo buena suerte, porque ahora es mi turno de despreciarte, y demostrarte de una vez por todas que te equivocaste al abandonarme.
Atentamente: Club León
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A mi Guadalajara:
Notarás que aún te considero mía, porque nunca te podré olvidar. Aún recuerdo nuestros años juntos, nuestra historia de amor, aquella noche cuando tocamos el cielo...
Es difícil para mí escribir estas líneas, pero debo hacerlo, porque contigo siempre fui honesto. Te lo entregué todo siempre, y no mereces nada menos que la verdad. Porque a pesar de que las cosas han cambiado, debes saber que te respeto, y siempre te respetaré.
Debo decirte que estoy con alguien más. Es alguien bueno, atento y que me hace sentir bien y seguro. He vuelto a sentirme importante con él. Desde nuestra etapa juntos no me sentía así, y me alegra saber que aún soy capaz de amar a alguien después de ti.
Con ellos he recuperado mi mejor versión, aquella que alguna vez tuve contigo. Porque no lo olvido. Cuando no era nadie, tú me diste importancia, tú fuiste el primero que me dio confianza para demostrar lo que valía. Y juntos alcanzamos la gloria, pero la felicidad fue rápida y efímera, un destello de luz en un cuarto de penumbras, y tuve que despedirme.
Fue un adiós difícil y complicado. Estaba aquel hombre susurrándote veneno en el oído. Y aunque los dos queríamos permanecer juntos, tú no te esforzaste por retenerme, y preferiste dejarme ir. No te preocupes, no te guardo rencor, pero me dolió, claro que me dolió.
Empecé un nuevo camino, una nueva relación. Y fue complicado. Me increpaban y me molestaban por mi pasado, pero sabía que era algo temporal, y que todo terminaría funcionando.
Y así fue. Nos hemos hecho muy cercanos, nuestra relación es funcional y duradera, y mi vida se ha estabilizado.
Hoy el destino hace que nos volvamos a encontrar, y aunque te quiero y te respeto, no te ayudaré. No arriesgaré mi relación por ti, porque no mereces la pena. Vivimos muchos momentos juntos que nunca olvidaré, pero ya terminó todo y ahora me debo a alguien más.
Espero que me entiendas y me comprendas. Por favor, dile a tu gente que deje de mandar mensajes a mis redes sociales pidiendo que regrese, porque no lo haré, y no olvides que fuiste tú quien me dejó ir.
Gracias por lo vivido, y te deseo mucha suerte pero a partir de la próxima semana.
Con cariño: Rodolfo Cota