La final que define al Quinto Grande

Dejen de taparse los ojos. No quieran sobre analizarlo ni buscarle aristas. Los números son claros, sólo hay que contar las estrellas: León y Pumas suman siete títulos cada uno, y el ganador de esta final empatará al Cruz Azul con ocho campeonatos, por lo que se convertirá en el quinto equipo con más títulos en el fútbol mexicano. Son datos, no opiniones.
Es por eso que Pumas y León se juegan algo más que la liga. En la final, en el campo del Olímpico Universitario y en el del Nou Camp, pondrán en juego también su tradición y su jerarquía. Ambos equipos son de los más importantes en el fútbol mexicano, y aunque es cierto que la afición de Pumas es más grande en todo el país, la historia esmeralda es más rica y antigua.
Porque la grandeza no es solo popularidad, también es idiosincrasia, identidad y éxito. Los esmeraldas nacieron en 1944 y dominaron la Liga MX en su primera etapa profesional, con cuatro campeonatos entre 1947 y 1956 que los pusieron en su momento como el equipo más ganador de México.
El Club León fue el primer campeonísimo, el primer bicampeón, y aunque entonces no había Concachampions, los verdes sí jugaron y ganaron contra algunos de los mejores equipos de Sudamérica, e incluso fueron la base de la selección mexicana en la Copa Panamericana de 1952, con nueve jugadores representando al combinado nacional.
Y mientras la Fiera conseguía estos primeros títulos y dominaba el balompié nacional, Pumas ni siquiera existía.
No sería hasta 1954 (cuando León ya presumía tres títulos de liga, uno de copa y dos campeón de campeones) cuando se fundaría el Club Universidad Nacional Autónoma de México, que comenzaría su camino en la Segunda División mexicana.
Los Pumas no ascendieron al máximo circuito sino hasta 1962, luego de 18 años del debut de la Fiera, y al contrario de los verdes, no tuvieron un éxito inmediato, y tuvieron que esperar hasta finales de los setentas y principios de los ochentas para comenzar a destacar con sus primeros dos títulos de liga. Desde entonces, los Pumas comenzaron a sumar campeonatos esporádicamente, y su popularidad se impulsó en gran medida gracias al apoyo de uno de los principales comentaristas deportivos del fútbol mexicano: José Ramón Fernández.
Hoy, ambas instituciones suman los mismos siete títulos de liga, y presumen por ser dos de los equipos más tradicionales e importantes del país en diferentes épocas, pero además de un brillante y exitoso pasado, la Fiera también atraviesa un presente alentador.
No es misterio para nadie que León es el equipo que mejor juega en el fútbol mexicano, y no en este torneo, sino en los últimos dos años. Ignacio Ambriz ha apelado a la identidad futbolística histórica del León con un fútbol atractivo, de posesión y dominio absoluto del rival, que a su vez ha ido acompañado de victorias y goles.
Al contrario, Pumas llegó hasta aquí en un camino mucho muy diferente, con un fútbol vertical, directo, y que se aferra a sus dos magníficos delanteros, Carlos González y Juan Dinenno, pero renunciando a la posesión del balón.
Además, su aparición en la final no es consecuencia de un largo proceso como el del Club León, sino que el proyecto de Andrés Lillini apenas comenzó esta campaña como sustituto de Michel, y terminó por funcionar casi por sorpresa, y sin que tuviera muchas expectativas.
Es por esto que, con dos historias muy diferentes, Pumas y León se jugarán el campeonato y el título del quinto grande. Lejos de la popularidad y la tradición, al final hay un valor frío y objetivo que puede marcar diferencia entre las dos instituciones, y son los campeonatos.
Así que gane el más grande, y que sea el Club León.