La depresión tras el campeonato

03 Mar, 2021
club leon
Goles y Cifras

Imagina que pasas años buscando un objetivo. Imagina que dedicas toda tu vida a alcanzar una meta: te levantas todos los días, te matas en el gimnasio, entrenas lo más que puedes con la simple intención de cumplir tus objetivos. Hasta que un día, luego de todo el arduo trabajo, lo consigues. Has derrotado a todos tus contrincantes y te has superado a ti mismo. Todo ha valido la pena.

Pero al día siguiente te despiertas y el objetivo que te había hecho alcanzar la grandeza ya no está ahí. Tus metas son diferentes, y la motivación cambia. De pronto, el sentido de tu vida ya no es el mismo, y entonces aparece una depresión que pondrá a prueba tu propia fortaleza mental.

Esto es un fenómeno que les ocurre a los deportistas de alto nivel y que se vive a gran escala en cada edición de los Juegos Olímpicos. 'Depresión post-olímpica, le llamaron los expertos, y algunos de los mejores deportistas de la historia, como el nadador Michael Phelps, lo han vivido en carne propia.

”Cuando termina esta carrera de 120km/h que son los Juegos Olímpicos, los atletas están agotados. Cuando todo está dicho y hecho, están agotados física y psicológicamente”, explica el psicólogo y director del Centro Psicológico de Rendimiento de la Universidad de Michigan, Scott Goldman.

Estimaciones del Comité Olímpico Internacional indican que el 45% de los deportistas de élite son propensos a la ansiedad y la depresión, y de acuerdo al testimonio del propio Michael Phelps, quizás un 80% de los atletas sufre de algún tipo de depresión post-olímpica.

Pero este fenómeno no se limita a los Juegos Olímpicos, sino que se extrapola a cualquier otro ámbito deportivo. En México, alguien bautizó a la crisis post-campeonato como 'campeonitis', y quizás se trate del mismo fenómeno pero con otro nombre.

Hoy, el Club León es el último protagonista de esta depresión tras el campeonato. Luego de dos años de rozar la perfección y quedarse siempre en la orilla, el equipo esmeralda por fin pudo cumplir su máximo objetivo y convertirse en campeón del fútbol mexicano en el Guard1anes 2020.

Alcanzaron la gloria y el éxtasis, y todo el trabajo duro rindió sus frutos, pero al mismo tiempo perdieron la motivación y entraron en un proceso de letargo. Tras dos años de dominar la liga, está ya no significa un reto, y se nota en la cancha, en el desanimo, en la displicencia y en la apatía.

Esto lo ha reconocido ya Ignacio Ambriz, que luego de caer frente al Puebla, se sinceró y reveló que su discurso no ha logrado devolverle la inspiración a sus futbolistas.

“Ya hablé con ellos pero pareciera que no hay eco en mis palabras y eso si me apura; empezaré por mí para saber si ya no estoy transmitiendo”, dijo un derrotado Ambriz.

Es claro que la mala racha pasa por lo mental. En lo futbolístico, la Fiera mantiene la posesión de la pelota y la tremenda precisión de pases. Incluso ante Puebla, hubo pasajes de buen fútbol en el primer tiempo que llevaron a pensar que los malos tiempos habían terminado.

Pero aunque estamos en crisis, por lo menos tenemos un diagnóstico y eso ya es una ventaja. Viene un juego importante ante el América en el Azteca, donde quizás la jerarquía del rival ayude a devolverle la motivación a los esmeraldas.

Después, todos esperamos que el reto de la Concachampions sí levante los ánimos de los futbolistas verdiblancos, aunque hoy por hoy eso es solo una esperanza.

Al final, no queda más que confiar en que Ignacio Ambriz pueda apelar al lado más humano de sus jugadores y sacudir las cenizas del gran equipo que montó apenas hace tres meses; que vuelva a encender el fuego de la motivación en sus corazones y que el nombre del Club León vuelva a imponer respeto en el país, y con algo de suerte, también en el continente. Confiemos.

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