'Gullit' y Boselli: el dilema eterno

30 Dec, 2021
gullit boselli leon
Especial

Martes 28 de diciembre. Día de los Santos Inocentes. Estoy de vacaciones y apenas saliendo de la infatigable resaca navideña. Me sirvo un plato de recalentado que cumple ya su cuarto día y se acerca peligrosamente a su fecha de caducidad, y en un ritual ya automatizado, saco el teléfono celular para revisar el Instagram.

Así, entre un bocado y un meme, aparece una historia de Mauro Boselli, y yo, nostálgico como nunca, la abro. Es una foto con su playera esmeralda, gritando un gol y con un par de emojis que intuyen su regreso al Club León.

No alcancé a emocionarme, porque el pragmatismo le ganó la carrera a la ilusión. “Es el Día de los Inocentes”, recordé, y le di swipe a la historia con desdén.

Pero entonces, sin intuirlo, mi mente comenzó a divagar. De pronto, un pequeño Jorge como de 15 centímetros de alto se situó en mi hombro izquierdo, del lado de la magia y el optimismo, y comenzó a susurrar en mi oído: “Quizás sea buena idea. Imagínate al 'Matador de Barracas' rompiendo el récord y festejando nuevamente en la puerta 5”.

Alcancé a mostrar un atisbo de sonrisa, pero en ese mismo instante, apareció otro Jorge, este como de 13.5 centímetros, sentado en mi hombro derecho, el lado de la razón y los resultados, y me dijo con voz burlona: “Tiene 36 años, ya no vendría a competir. ¿No dijiste tú mismo que se necesitaba bajar el promedio de edad de la plantilla?”.

Mi yo izquierdo respondió, obviamente aludido.

“Pues tendrá 36 años, pero metió 11 goles este año, y perdón pero, ¿me podrías recordar cuantos goles metieron Ormeño y Gigliotti juntos? Además hay jugadores longevos que siguen rindiendo, como Rubens Sambueza, o acuérdate que el otro día viste que José Sand fue sublíder de goleo en Argentina a sus 41 años”.

Pero mi costado derecho no se dio por vencido.

“Se llaman fichajes de nostalgia: no se compran por su presente ni su futuro, sino por la añoranza del pasado. ¿Qué futuro le puede ofrecer Boselli al León más que un par de goles y la foto del nuevo récord de goleo? Bajo ese argumento, hasta podrías traer de regreso al 'Gullit'”.

Y mi vertiente siniestra respondió.

“Pues el 'Gullit' se ha revalorizado en Centroamérica, y lo preferiría a él que a un extranjero random de la segunda de España”, argumentó, dilucidando el futuro.

Pero la diestra no se quedó callada.

“¿Te das cuenta de que traer de vuelta al 'Gullit' y Boselli sería quitarle un puesto a un joven canterano? Tendrías que sacrificar un espacio para un joven solo para complacer a la afición y vender más boletos. Sería un pésimo mensaje para los juveniles, sobre todo después de la inauguración de La Esmeralda y el GEN”.

Y la izquierda continuó el debate.

“¿De qué canteranos me hablas, si de todos modos nunca juegan? Fidel, que es seleccionado y figura, apenas es tomado en cuenta, y de los demás ni hablar, ahí están tapados Armando León, Iván Hernández, Jesse Zamudio, Saúl Zamora, y el que sigue y el que sigue”.

Así estaba yo, como Hal cuando se vio rodeado de pequeñas versiones de sí mismo y sin saber que hacer con sus hijos,

Entonces me di cuenta de que en realidad es un debate eterno, porque por un lado el regreso de los ídolos no solo nos emociona, sino que parece cierto que Boselli hubiera tenido mucho mejor rendimiento que Gigliotti y Ormeño, o también es cierto que el 'Gullit' Peña podría volver a despegar en el único lugar en el mundo que reconoce como su hogar, en vez de fichar a un centrocampista cualquiera, que no conoce la Liga MX ni la plaza, y que encima no cuenta con mucho cartel.

Pero por otro lado, los regresos de Boselli y el 'Gullit' serían vivir en el pasado, sería aferrarnos a triunfos de diez años atrás, sería ver por el ayer y no por el mañana, y así no se puede construir el futuro de títulos y gloria que todos soñamos para nuestro León.

Creo que todos tenemos dos aficionados en nuestros hombros, uno llevando nuestros recuerdos hacia aquella época en la que fuimos tan felices, y otro queriendo dejar todo atrás y apostar a nuevas metas y nuevos ídolos.

No hay punto medio. O se impone nuestra nostalgia o gana nuestro pragmatismo. ¿Tú de qué lado estás?

Últimas noticias

ver más