En el Club León sólo caben las estrellas

El mercado de invierno del Club León marcó un parteaguas importante para la historia reciente del equipo, porque luego de años de medianías y decepciones, la directiva esmeralda finalmente decidió apostarlo todo por el Mundial de Clubes y armó una plantilla repleta de estrellas.
Y es que además de James Rodríguez, la Fiera trajo a un seleccionado uruguayo, un seleccionado chileno, un argentino con experiencia europea y los complementó con futbolistas probados que ya eran de lo mejor del equipo en torneos pasados, como Jhonder Cádiz, Steven Mendoza, Andrés Guardado o Adonis Frías.
Esto le dio un innegable salto competitivo al equipo, que de entrada ya firmó su mejor arranque de temporada en décadas con cinco victorias consecutivas y un empate, demostrando que esta plantilla está a la altura de las mejores del país.
Sin embargo, en medio de este furor de triunfos, goles y el regreso a los primeros planos del balompié nacional, hay un aspecto que pasa desapercibido: la falta de juveniles.
Hasta la jornada 6, el Club León es el sexto equipo que menos ha sumado para la regla de menores, con apenas 379.2 minutos acumulados, lo que significa que aún le restan 620.8 minutos para cumplir con los mil que exige el reglamento.
Además, León es el quinto equipo en el que menos jugadores aportaron a la regla con sólo cinco: Tadeo Estrada, Sebastián Santos, Ettson Ayón, Mauricio Isaís y Sebastián Fierro.
Esto puede parecer trivial, pero no lo es cuando se compara con los equipos que más jóvenes han utilizado en el torneo, como Chivas con 13 futbolistas, Pachuca con 12 o hasta el Atlético de San Luis con 11.
A esto se suma que tres de los cinco futbolistas que el León usó hasta ahora para aportar minutos de menor son categoría 2001 (Fierro, Isaís y Ayón), por lo que sólo contabilizan a la regla el 20% de sus minutos totales en el campo. Es decir que si alguno de estos jugadores completa 90 minutos en un partido, sólo sumará 18 minutos a la regla.
Y por si fuera poco, los otros dos (Estrada y Santos) son categoría 2003, por lo que tampoco suman el 100% de sus minutos, sino sólo el 60%.
Es cierto que aún es pronto en el torneo y Berizzo seguramente encontrará los momentos y a los jugadores ideales para sumar más minutos y cumplir con la regla, pero esto es apenas un síntoma de un problema más a fondo: en el Club León no hay lugar para los jóvenes.
Basta con un ejemplo. En el contexto actual, la necesidad de sumar minutos de menor y su calidad probada deberían ser argumentos suficientes para garantizar la titularidad indiscutible de Tadeo Estrada, pero al contrario, uno de los mejores futbolistas de la Fiera en el semestre anterior se ha visto relegado al banquillo por Rodrígo Echeverría y Nico Fonseca, y quizás se convierta hasta en la cuarta opción para el mediocampo esmeralda si Guardado recupera su nivel físico y futbolístico.
Y si su situación es complicada, se ve peor para Sebastián Fierro, que ocupa también el centro del campo y que, al contrario de Tadeo, no tiene un pasado en León que avale su exigencia por minutos.
En el mismo caso se encuentra Ettson Ayón, que debe aprovechar los pocos minutos que le pueda dejar en la punta de ataque Jhonder Cádiz, quien atraviesa un gran momento con cuatro goles que lo tienen como el segundo mejor goleador de la Liga MX.
Mientras que Isaís, lateral izquierdo o volante, también ve lastrados sus minutos por la titularidad indiscutible de Chava Reyes en defensa y la alternancia entre Rigoni y Mendoza como medios por izquierda; y por último el que parecía destinado a sumar la mayor cantidad de minutos para la causa de los juveniles esmeraldas, Sebas Santos, se lesionó ante Chivas y vio cortado su progreso.
En este escenario, no se ve por dónde puedan llegar las oportunidades para otros jóvenes como Daniel “Primo” Hernández, Yael Uribe, Víctor Barajas o Diego Luna, quienes apenas logran colarse de vez en cuando a las convocatorias para, por lo menos, aparecer en la banca.
Quizás se podría argumentar que el plantel actual del León está para otras cosas, y que más allá de formar jóvenes, el principal objetivo son los resultados y los títulos, y tal vez sea cierto que en pos de los triunfos y las alegrías inmediatas, los juveniles sean el sacrificio necesario.
Pero no deja de llamar la atención que apenas tres años después de la inauguración de La Esmeralda, la Fiera vuelve a cerrarle las puertas del primer equipo a sus juveniles y canteranos.
Porque hoy por hoy, en León ya sólo hay espacio para las estrellas.