¿El 'Toto' de la esperanza o el 'Toto' de los fracasos?
El pasado sábado, el Club León anunció la contratación de Eduardo “Toto” Berizzo como su nuevo entrenador de cara a la temporada 2024-25 de la Liga MX y el próximo Mundial de Clubes.
Tras el fracaso de Jorge Bava y en medio del hartazgo de la afición esmeralda, Berizzo tuvo un recibimiento de héroe y salvador, fundamentado principalmente en su experiencia europea y como seleccionador de equipos sudamericanos potentes como Paraguay y Chile.
Pero poco se hizo énfasis, sin embargo, en que tiene siete años, desde que abandonó el Celta de Vigo en 2017, sin encontrar el rumbo al frente de los cuatro equipos que dirigió, con polémicas y malos resultados de por medio.
Con pasos por Newell's, Atlas, River Plate, Olympique de Marsella, Celta de Vigo y Cádiz, Berizzo tuvo una carrera destacada como defensor, y posteriormente iniciaría su ruta en los banquillos de la mano de su mentor, Marcelo Bielsa, con quien fungió como auxiliar en su paso por la selección de Chile.
Tras esto, y luego de un breve paso por Estudiantes de La Plata donde debutó como primer entrenador, tomó las riendas del modesto O'Higgins de Rancagua en 2011, equipo al que llevó a un subcampeonato chileno antes de lograr su primer título de liga en el Apertura 2012, tras imponerse en la final a la Universidad Católica.
Estos logros lo llevaron a fichar por un viejo conocido, el Celta de Vigo, que lo confirmó como su nuevo entrenador para la temporada 2014-15, en sustitución de Luis Enrique, quien dejaba al cuadro gallego para fichar por el Barcelona. Y sería ahí, en el césped de Balaídos, donde Berizzo alcanzaría su punto más alto como director técnico.
Pese a un arranque complicado en el que llegó a sumar diez partidos consecutivos sin ganar en su primera temporada, el Celta de Berizzo ya daba sensaciones de carburar, y para su segunda campaña terminó por confirmarse como uno de los mejores equipos de España.
Con un esquema táctico que se movía entre el 4-3-3 y el 4-2-3-1, el Celta voló de la mano de nombres como Fabián Orellana, Nolito o el eterno Iago Aspas, quienes comandaron a un equipo de posesión, intenso y vertical, que luego de tres años, dos semifinales de Copa del Rey y una semifinal de Europa League, terminó la temporada 2016-2017 como la segunda más goleadora de la historia del Celta con 86 goles marcados.
Pero el idilio llegó a su fin esa campaña, y tras desavenencias con la directiva, optó por no renovar su contrato y pasar a dirigir a un equipo más ambicioso: el Sevilla, que quedaba sin técnico tras la marcha de Jorge Sampaoli a la selección argentina.
En Andalucía, sin embargo, no tendría la misma suerte que en Galicia. A media temporada le diagnosticaron cáncer de próstata, lo que lo obligó a separarse del equipo durante cuatro partidos para recibir tratamiento, y aunque regresó, una mala racha de tres partidos sin victoria le valió para ser destituido el 22 de diciembre de 2017, apenas 24 días después de su operación.
"No lo esperaba y no me gustó, no me pareció justo, porque la realidad del equipo no era mala: habíamos clasificado a octavos en Champions, habíamos pasado en Copa del Rey y estábamos quintos en la Liga, pero la directiva habrá pensado que estaba débil, que no iba a poder. Ese es el problema de contar cosas de este tipo en nuestra profesión”, diría tres años después en una entrevista para el diario La Nación.
De cualquier modo, era el momento de emprender un nuevo camino, y el Athletic Club de Bilbao se convirtió en su siguiente paso.
En su momento, de cara a la temporada 2018-19, su llegada ilusionó a los aficionados vascos, que esperaban ver en el Athletic de Berizzo vestigios de aquel equipo de Bielsa que se paseó por Europa en medio de una vorágine de pasión y goles. Pero así como hay parejas destinadas al amor, hay otras condenadas a la desdicha.
El Athletic aguantó a Berizzo durante 14 jornadas de liga, en las que el equipo solo consiguió una victoria. Así, con apenas 11 puntos de 42 posibles y con el equipo en puestos de descenso, lo despidieron en diciembre y sumaba su segundo fracaso europeo consecutivo.
Tras este revés, el prestigio de Berizzo se vio afectado, y motivado por la esperanza de dos copas América y el Mundial de Catar 2022, el 'Toto' tomó su siguiente reto: la selección de Paraguay, a la que llegó en 2019.
Con los guaraníes disputó las copas América de 2019 y 2021, ambas en Brasil, y en ambas cayendo en cuartos de final, aunque el acabose llegó en octubre de 2021, luego de dos derrotas consecutivas ante Chile y Bolivia por las eliminatorias mundialistas, mismas que dejaban al equipo con 12 puntos en 12 fechas, a cuatro puntos del repechaje, lo que le valió su despido.
Para mayo del 2022, decidió emprender otro proceso mundialista, ahora al frente de Chile, aunque la historia no sería muy diferente, pues solo 18 meses después, en noviembre del 2023, renunció al cargo tras haber disputado cinco partidos de la eliminatoria mundialista rumbo a Norteamérica 2026, con saldo de cinco puntos tras sumar una victoria, dos empates y dos derrotas.
Ahora, nueve meses después del final de su aventura chilena y tras fracasar también en Paraguay, Bilbao y Sevilla en los últimos siete años, Berizzo buscará su redención en un León maltratado y en horas bajas, pero con mucho potencial guardado.
Quizás de la mano de la Fiera pueda demostrar que aún quedan rastros del técnico espectacular y bravío que tomó por sorpresa a la Liga Española desde Galicía, y quizás ahora desde el Bajío pueda comenzar una nueva conquista de México y del mundo.
Pero todo dependerá de cuál es el hombre que aterrizó este fin de semana en León: el “Toto” de la esperanza, o el “Toto” de los fracasos.