El tercer hombre de Cristante

03 Apr, 2021
toluca leon
Toluca

Acostumbrado a las gloriosas décadas de los noventa y principios de dos mil, el Toluca se topó de pronto con que su masa social no se había expandido y que la exigencia de afición y medios se ajustaba ahora a su nueva media histórica. Pese a que el título del bicentenario 2010 auguraba que los títulos de liga seguirían llegando, la realidad es que ya suman una década de sequía nacional.

Es por ello que la figura de Hernán Cristante (y la de Cardozo) han sido vilipendiadas e infravaloradas injustamente, especialmente la del arquero argentino. Con ambos la calificación a la liguilla e incluso superar los cuartos de final suponían un día más en la oficina que la falta de calidad en el plantel exigía un extra para, eso sí, campeonar. Sin embargo, hablamos de que con el actual entrenador escarlata los diablos rojos alcanzaron una final de liga y otra de copa que pudo ser un histórico doblete.

Aclarado entonces que Cristante no es ningún advenedizo al banquillo, me gustaría enfocar el artículo en su principal arma de ataque, que ha evolucionado desde su primera etapa en el banquillo choricero. Destacan los contragolpes mexiquenses y los centros oblicuos desde la frontal del área rival buscando un remate tras desmarque a la espalda de la defensa, pero el uso que hace del tercer hombre es diferencial.

Comencemos por destacar la importancia que da Cristante al pasillo intermedio, una zona entre la banda y el carril central, donde es más fácil encontrar espacio libre entre lateral-central, a los lados de la contención, etcétera. De dicha zona se pueden generar recepciones con tiempo y espacio para centrar, filtrar o disparar. Y para llegar a ella, la idea es que un receptor en la banda atraiga la atención y presión del rival.

Ahora que sabemos la importancia que da Cristante al espacio intermedio entre carriles y defensores rivales, podemos apreciar la disposición que su equipo asume en ataque posicional para ejecutar la idea. Para ello es clave el escalonamiento, la ocupación de la banda y el interior va de cajón y a partir de ahí se acercará el delantero o un contención para generar o aprovechar el espacio libre.

Con los jugadores en posición, el Toluca sabe que, si un jugador recibe pegado a la banda a buena altura o muy cerca del área rival, pueden hacer aparecer un tercer hombre a la espalda del rival, ya sea en la banda o por dentro, que estará atento al poseedor y a su opción de pase más cercana, lo que se traduce en espacio y tiempo para realizar la jugada de gol.

Con el distractor que utiliza la visita de mañana usualmente, y la altura y trabajo ofensivo que el Club León asigna a sus laterales, Ambriz deberá tener mucho cuidado de que las líneas no se “partan” a lo ancho, dejando espacio para la creatividad interior y disparos del infierno, pero también de que se eviten disparos a pierna cambiada de Canelo o centros hechos con comodidad hacia el punto penal.

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