El recuerdo de la octava y el peligro de la nostalgia

13 Dec, 2022
club leon
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Es peligroso voltear al pasado. Es difícil repasar tiempos mejores sin dejarse caer en las trampas de la nostalgia. Pero a veces es inevitable, e incluso llega a ser hasta necesario.

Eso ocurrió esta mañana, cuando el pueblo verdiblanco se levantó de la cama, revisó su celular y se dio cuenta de que un día como hoy pero de hace dos años, el Club León había derrotado a los Pumas y se había consagrado campeón del futbol mexicano por octava ocasión en la historia.

Así, desde el comienzo del día y sin darnos cuenta, los aficionados ya habíamos caído presas de la nostalgia. ¿Cómo no hacerlo al recordar a Nacho González en la central esmeralda, en su despedida del futbol profesional por todo lo alto? ¿Cómo no revivir la pasión con los goles inesperados del 'Puma' Gigliotti que significaron el campeonato? ¿Cómo no soñar de nuevo con ese equipo, con Luis Montes en su mejor momento, con Pedro Aquino convertido en el tirano dominador del mediocampo, con la entrada de Yairo Moreno, que se había perdido la liguilla luego de un gran torneo, pero que volvió para sellar el triunfo y besar la gloria? ¿Cómo no perdernos en la melancolía del mejor Club León de don Ignacio Ambriz Espinoza?

Estábamos llenos de metas e ilusiones. Teníamos un proyecto sólido, un estadio nuevo en puerta, sueños de trascendencia internacional y uno de los mejores planteles de México. El mundo era nuestro.

El problema, sin embargo, es regresar al presente y ver que tanto han cambiado las cosas.

Son apenas dos años de ese momento, 730 días que han pasado más rápido que tarde, pero que al mirar atrás, parecen toda una eternidad.

Y es que el tiempo pasó y se nota en León. Se fue Nacho González, se fue Pedro Aquino, se fue Emmanuel Gigliotti, se fue Jean Meneses y hasta se fue Nacho Ambriz. Incluso Yairo Moreno y Joel Campbell se fueron y tuvieron chance de regresar.

Pero quizás lo peor haya sido para los que se quedaron. Lo vemos en Luis Montes, capitán y figura de aquel equipo y hasta Balón de Oro, pero cuyo papel se reduce ahora a receptor de críticas y señalamientos de aficionados furibundos que piden su salida en cada oportunidad. O lo vemos también en José David 'Avión' Ramírez, que alcanzó su pico de rendimiento en ese semestre, y que ahora, entre un claro bajón de nivel y las lesiones, apenas y ha aparecido algunos minutos desde la banca. O en el protagonismo perdido de Iván Rodríguez o en la caída futbolística de Ángel Mena...

Pero más allá de lo que pasó con el plantel, el derrumbe del Club León parece ir más allá y afecta la estabilidad de la institución.

Y es que en medio de entramados políticos, se decidió abandonar el proyecto del nuevo estadio para optar por adquirir el Nou Camp. Y más recientemente, aparecieron señalamientos desde el Gobierno federal sobre dobles contratos e irregularidades financieras que tienen en el ojo del huracán a Jesús Martínez Patiño y el Grupo Pachuca.

Por si fuera poco, la desestabilidad se refleja también en el campo de juego. Porque no solo es el hecho de que el equipo sumó un año completo sin entrar a la liguilla, sino también que los verdes tuvieron cuatro técnicos en el año calendario y que los rumores de una fractura en el vestidor cada vez son más notorios. Y ya ni hablar de las esperanzas de la internacionalización luego de tres fracasos consecutivos que nos han roto las ilusiones.

Es por eso que es peligroso mirar al pasado, porque pocas veces se puede soportar la comparación con el presente. Hoy, con nombres propios como los de Nicolás Larcamón, Lucas Di Yorio, Rodolfo Cota o Fidel Ambriz, tenemos un mínimo de fe, y aunque parece poco comparado con las promesas de grandeza que sentíamos en 2020, por lo menos ya es un primer paso para voltear hacia adelante, hacia el futuro.

Porque en medio de tiempos aciagos, el recuerdo de épocas mejores es de lo poco que nos queda, pero estaremos perdidos cuando sea lo único.

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