El Club León Femenil se ganó mis aplausos
Hasta ahora, los seis años de historia del Club León Femenil han estado marcados por la tristeza y la decepción. Mientras los éxitos recientes del plantel varonil han logrado saciar la voracidad de la mayoría de los aficionados verdiblancos, las Esmeraldas han caído en un ostracismo que las mantiene alejadas del ojo público, separadas de la tormenta mediática en la que se mueve regularmente su contraparte masculina.
Y la realidad es que su rendimiento tampoco ha dado mucho para cambiar esta situación. A lo largo de 13 torneos de Liga MX Femenil en los que han competido, el León Femenil ha cosechado derrotas, goleadas en contra, cambios de entrenador y de proyectos, y todo eso les ha valido para acceder solo una vez en su historia a la liguilla.
Esta ocasión no fue diferente. Hace dos semanas, el viernes 20 de octubre, tras empatar a dos goles ante Santos en Torreón, el León Femenil quedó eliminado de la competencia, sin posibilidades de entrar a la liguilla. Pero esta vez hubo algo diferente...
Desde que el equipo se clasificó a la liguilla en el Clausura 2019 de la mano de Everardo Begines en el banquillo, el objetivo siempre ha sido el mismo: volver a una fase final. Torneo tras torneo se ha intentado, y torneo tras torneo se ha fallado.
Y aunque el resultado finalmente fue el mismo, esta temporada fue diferente. Con Alex Corona en la dirección técnica, un tipo de la casa que a su llegada parecía más un parche que una apuesta a futuro, el León Femenil comenzó a carburar. Casi sin darnos cuenta, las verdes registraron el mejor arranque de torneo de su historia con cuatro victorias en sus primeros cinco partidos, y entre sus pocos pero fieles seguidores, una sensación extraña comenzó a florecer: la ilusión.
A pesar de la goleada sufrida ante Rayadas, y pese a volver a caer ante el América, las esmeraldas seguían sumando triunfos y puntos, y se mantuvieron la mayoría del torneo dentro de los puestos de liguilla. La confianza creció entre el pueblo verdiblanco, y el sueño de volver a unos cuartos de final ya no parecía tan lejano.
Entre los goles de Yashira Barrientos, el juego cerebral de Lizbeth Ángeles y la magia de Mariazinha, las esperanzas volvieron. Pero una mala racha en el cierre, que incluyó cuatro derrotas consecutivas ante Juarez, Pachuca, Chivas y Toluca, y que culminó con el empate y la eliminación en Torreón, se encargó de devolver a las Fieras y su afición a la realidad.
Sin embargo, tras concretarse la nueva decepción, ocurrió algo diferente, algo que no esperábamos: las futbolistas salieron a dar la cara. Ante la falta de micrófonos que les den voz, las jugadoras acudieron a sus redes sociales: primero Ruth Bravo, la más pasional del equipo, escribía un mensaje desesperado de frustración y enojo por la eliminación. Le siguió Lixy Rodríguez, otra de los ejes del equipo esta campaña, y después vino el mensaje de la capitana, de Brenda Díaz, leonesa de nacimiento y la única de todo el plantel que ha estado presente en todos los torneos del Club León Femenil desde su nacimiento en 2017.
Tras ser expulsada del encuentro ante Santos, Brenda escribió primero una sentida disculpa en la que parecían filtrarse las lágrimas que seguramente derramó por la eliminación. Pero más allá de eso, dejó clara su entrega, su pasión, su amor eterno al Club León y su compromiso de no darse nunca por vencida.
“Di todo por mi playera, por mi escudo, por mi institución, todo mi esfuerzo, jugué con el corazón. Sé que tengo que trabajar el doble para seguir entregando aún más a mi equipo. (…) Volveremos aún más fuertes y con más ganas”, afirmó, con el corazón en la mano.
En medio de un futbol hipermonetizado en el que los intereses económicos se mueven por encima del espíritu deportivo, estos mensajes honestos de dolor y furia son una rareza, porque demuestran que las futbolistas esmeraldas sufrieron la derrota, y la sufrieron porque se han mimetizado con la ciudad, sucumbieron a la identidad del verdiblanco, y entendieron que el León no solo es un equipo, sino el sentimiento de toda una ciudad.
Es por eso que este viernes tres de noviembre acudiré al estadio Nou Camp a despedir al Club León Femenil en su último partido de la temporada. A pesar de que ya están eliminadas, iré a aplaudirles, no por sus mensajes en redes, sino por el esfuerzo y sacrificio que hicieron a lo largo de las 16 jornadas en las que dejaron todo por llevar al equipo hasta lo más alto que les fue posible.
Y les aplaudiré para que sepan que en León, más allá de las victorias, las liguillas y los puntos, reconocemos a quien respeta nuestro escudo y lo da todo por nuestra institución.