Buena noticia
—¡A la chingada, yo no les voy a pagar! —La señora Graciela Quevedo estaba furiosa. Su molestia se materializaba en escandalosos gritos que eran escuchados varios metros a la redonda—. ¿Por qué les tengo que dar cien pesos si ya les consumí? Además ya les mostré los papeles de mi carro. ¡Exijo que me dejen sacar mi coche y se disculpen conmigo! —Hablar con ella era imposible. Pasaron seis horas sin que se prestara al diálogo. Daba la impresión de estar a nada de soltar golpes—. Es más, ¿saben qué?, si no me dejan salir, aquí me quedo entonces a dormir. ¡Sí, aquí mero! ¡Y me vale! —La oscuridad había caído en León, cuando Chelita, como la conocen sus amigos y familiares, acomodó su bolso como almohada y, ante la sorpresa e incredulidad de la gente que caminaba por el centro comercial Galerías Altas, se recostó en la polveada banqueta y se acurrucó dispuesta a pasar ahí la noche.
La Sra. Quevedo perdió su boleto del estacionamiento y de ninguna manera estuvo dispuesta a pagar la multa por extravío que estaba señalada en el mismo ticket. Aunque su familia la esperaba en casa, prefirió enviarles un mensaje donde les comentó la problemática y les exigió que no la ayudaran. En el fondo, ella sabía que estaba equivocada, que debía hacerse responsable de su distracción, pero su orgullo era más fuerte. Esa tarde, su necedad le impidió presenciar los primeros pasos de su nieta, convivir con su familia y asistir al Nou Camp para ver el duelo entre su querido Club León y los Xolos, partido donde Ariel Holan, nuevo entrenador de los esmeraldas, decidió cambiar de opinión y reubicar a Iván Rodríguez y William Tesillo en las posiciones en las que tanto brillaron y los llevaron a selección nacional (contención y lateral izquierdo, respectivamente).
Excelente noticia para la Fiera: Ariel Holan, a diferencia de Chelita, no es alguien necio. El sábado quedó claro que en el banquillo tendremos a un hombre que estará dispuesto a dialogar, a escuchar a los que lo rodean y que no se quedará a dormir en el estacionamiento de una plaza.
Ceder no es perder. Es de sabios cambiar de opinión.
