2020: este año es el nuestro
El 2020 será recordado como el peor año de toda una generación. Enmarcado por una pandemia que vino a cambiar por completo el desarrollo de nuestras vidas, este año puso a prueba nuestra capacidad de adaptación y supervivencia, y nos ha golpeado de todas las maneras posibles.
Todo comenzó en un fatídico fin de semana de marzo, cuando se confirmó que el encuentro del Club León frente a los Pumas de la UNAM se disputaría a puerta cerrada debido a la llegada del COVID-19 al país.
De un momento a otro, los reportes de casos de transmisión comunitaria del coronavirus en Guanajuato comenzaron a llenar las portadas de los diarios, y antes de que nos diéramos cuenta, ya estábamos confinados, en cuarentena, y el Clausura 2020 se pausó hasta que la situación mejorara.
Entonces pensamos que solo pasarían un par de meses, y que quizás la liga se reanudaría en mayo o junio. Fuimos ilusos y teníamos muchas esperanzas. Pero la realidad nos dio una primer bofetada el 22 de mayo, cuando se anunció que el torneo se cancelaba y quedaría inconcluso.
La Fiera se había quedado en el subliderato de la competencia, y a pesar de que solo se disputaron diez jornadas, eso había bastado para alimentar nuestras ilusiones. Pensábamos que luego de las decepciones ante Morelia y LAFC, la revancha vendría en esa liguilla, cuando por fin se materializaría el octavo campeonato. Pero un virus microscópico arruinó nuestros sueños y esperanzas, y nos obligó a enfocarnos en el futuro, en lo que vendría, en el que entonces no sabíamos que sería el Guard1anes 2020.
Pasaron las semanas, vimos el ascenso y caída de una eLiga MX que apenas y sirvió para calmar nuestra sed de futbol, y cuando la curva maldita por fin comenzó a bajar y se anunció la reanudación de la Liga MX, entonces volvimos a respirar.
Llegó el Guard1anes 2020, el León estaba de vuelta, y a pesar de un comienzo dubitativo, comenzaron a llegar los goles, las victorias y las esperanzas. Una vez más nos dejamos llevar por un equipo ilusionante, levantamos el vuelo y soñamos otra vez con el festejo del campeonato en diciembre, con cubrebocas y sana distancia, o como fuera, pero con ocho estrellas encima de nuestro escudo.
Los contagios comenzaron a bajar y se habló del posible regreso de la afición al estadio. Podríamos volver a poblar nuestro Nou Camp y acompañar a nuestro equipo en la consecución de un histórico campeonato. Estábamos felices, alegres y confiados. Y entonces el 2020 volvió a hacer de las suyas.
Roberto Zermeño intentó tomar posesión del Nou Camp, echó a la calle a la administración de Grupo Pachuca, y canceló el plan del regreso, porque ya no había estadio al cual volver.
El León se tuvo que exiliar en Aguascalientes, y la realidad nos volvió a golpear. Fueron semanas intensas de negociaciones y rumores, y aunque el equipo lideraba la Liga MX con autoridad, el sentimiento en la ciudad era de derrota e incertidumbre.
Pero ni eso fue suficiente para doblegarnos. El equipo logró un acuerdo, recuperó el Nou Camp, y terminó el torneo como superlíder invicto en casa.
El Club León está listo. Ha sobrevivido al peor año de nuestra generación. Se han impuesto a golpe tras golpe, y eliminación tras eliminación. Cayeron en la Concachampions, les cancelaron el torneo y les quitaron su estadio. Y aquí están una vez más, de pie y más fuertes que nunca, dispuestos a derrotar a quien sea que se les ponga enfrente para conseguir el título.
Hay que mirar a la cara este año horrible y darle las gracias por cada obstáculo y cada decepción. Porque el destino de este León es ser campeón, contra todo y contra todos, con pandemia o sin pandemia, con público o sin público, en el Nou Camp o en cualquier otro estadio. Este año es el nuestro, y todo inicia contra el Puebla...